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Actualizado: 5 de noviembre de 2025


En vano aconsejaron a Velázquez los que le rodeaban que pintase asuntos de más seriedad en que pudiese imitar a Rafael de Urbino: él respondía que más quería ser primero en aquella grosería que segundo en la delicadeza.

Isidora declaró Augusto con seriedad , al nacer te equivocaste de patria. Debiste nacer en Francia. Eres demasiado grande, eres un genio y no cabes aquí. ¿Quieres el último consejo? Pues vete a París. Allí encontrarás tu puesto. Aquí te degradarás demasiado. Aquí no las gastamos de tanto lujo como ». Levantose para marcharse.

Elena comenzó a escuchar con tal inmovilidad y silencio que parecía la estatua simbólica de la atención. Aquel ser pueril, de natural tan ligero y aturdido hallaba repentinamente en el fondo de su alma una seriedad increíble. Las frases graves, solemnes de la inmortal sinfonía le revelaban el acuerdo misterioso de las cosas entre y el de su propio corazón con el universo.

Lo dice Maltranita, que es un mozo que escribe y ha tratado a muchas eminencias...». Ojeda rio de la seriedad con que relataba su amigo estos accidentes de la vida de a bordo.

Ya se atrevía algunas noches a hacerles tertulia hasta las diez, y como la presencia de Micaela daba a la conversación un tinte de seriedad, Juanito hablaba del comercio, de los triunfos de la Bolsa, de la buena fortuna de su principal, y sobre todo, de don Ramón Morte, su grande hombre, al que cada vez tributaba una adoración más vehemente.

La existencia no era para ella una sucesión de delicias. Graves deberes la obligaban á mirar las cosas con seriedad. Era pobre: debía mantener y educar á sus hermanos. Yo me casaré con usted dijo Martínez con un tono dramático, como si arrostrase el mayor de los peligros . Comprenderá usted que he pensado en eso antes de hablarla.

Además, se me vino de pronto a la imaginación que su actitud de ahora contrastaba con la que había tomado cuando supo o presumió que yo había venido a Sevilla y entraba en su casa por el amor de su hija, según ésta me había dicho. Por otra parte, la seriedad de mi novia, tan impropia de la ocasión, no anunciaba nada bueno.

Luego deseo que todas las páginas lleven notas, muchas notas, que ocupen tanto como el texto. He visto que todas las obras importantes van así. También esto da aire de seriedad y prueba erudición en el autor. Hay que citar muchos nombres y que sean extranjeros; cuanto más enrevesados, mejor.

Ahora lo comprendo: como Longino es tan bromista ha querido darnos una broma, porque supongo que no me tomará por Cristo ni pensará en darme la lanzada. Ni lanzada ni broma. Longino te mira con el mayor respeto porque eres el ídolo de su señor, y pretende con toda seriedad, que recibas a su señor en tu santuario.

Vamos, esto es una tontería dijo la Dorotea, sin pretender cubrir lo que no podía cubrirse. Quevedo tiene la culpa. Yo creo, señora, que nadie tiene la culpa de nada. Bebed dijo la joven llenando una copa de vino. Bebed primero vos... La Dorotea llenó su copa. No: bebed en ésta, ó bebamos la mitad de la nuestra cada uno; cambiamos. ¿Sabéis lo que estáis haciendo? dijo con seriedad la Dorotea.

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