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Actualizado: 16 de junio de 2025


Tal era la casa en que durante doce años había vivido doña Luz, y tal la gente de que estaba rodeada en mayo de 1860. Los amigos íntimos de doña Luz Doña Luz, dadas las circunstancias en que se hallaba y las condiciones de su carácter, no podía menos de vivir como vivía. El orgullo es malo sin duda. ¿Cuánto mejor y más cristiana no es la humildad?

Yo tengo buenos amigos de mis tiempos de estudiante... Te visitarían los catedráticos... todos unos sabios. Asunto de permanecer allí un mes cuando más. Tendrías la criatura, rodeada de más cuidados que aquí... sanarías, y luego... luego continuaríamos nuestra vida más feliz que ahora, pues la mala suerte no va a atormentarnos siempre.

En el centro había una plazoleta rodeada de cañas de la India y dentro una glorieta con enredadera de madreselva y pasionaria. En el fondo y en uno de los ángulos, adosada al alto muro que lo cercaba, estaba la casita del jardinero.

Impaciente, inquieta en su asiento, como si por todas partes estuviese rodeada de púas, movía los brazos queriendo expresar con ellos una convicción más enérgica que la que expresaban los labios. «De modo que según usted, según usted, señor Nones, yo soy, yo soy... una cualquiera. Según lo que usted entienda por una cualquiera.

La casa está rodeada de árboles y a un cuarto de hora de la población más próxima. No aún con exactitud de cuántos pisos se compone; las habitaciones no están todas las unas encima de las otras; se diría que el segundo piso ha bajado hasta el nivel del suelo a causa de un temblor de tierra. Por un lado no hay que subir ni bajar escaleras; por el otro hay que descender con peligro de la cabeza.

La herida que causo a Cecilia se cicatrizará pronto. Hallará un marido que valga más qué yo, y cuando vuelva al cabo de algunos años, probablemente la encontraré feliz y rodeada de hijos...»

Los primeros, al llegar a la casa de labor y no observar nada sospechoso, agitaron sus lanzas y dieron media vuelta. Los demás acudieron entonces velozmente, como los cuervos que siguen raudos al que se eleva mucho, suponiendo que ha descubierto alguna presa. En pocos instantes la casa fue rodeada y la puerta abierta.

Sola en el mundo, descorazonada, enervada, sin sostén... rodeada de malos ejemplos, entregada a malos consejeros, perseguida y casi pervertida por gentes que no sospecha... , hubo un momento en que me sentí sin corazón, sin virtud, y próxima a caer... Pues bien, es la amistad que me ha salvado... esta amistad de que me hace un crimen... El señor de Lerne ha sido para ...

Y habéis de saber que matando don Baltasar a aquel villano difamador de mi honra, no me favoreció por esto, sino que a peor punto llevó mi fama; que todos dijeron, no que yo era una dama honesta, sino que don Baltasar había cegado de amores por , propuéstose había casarse conmigo, y pretendido atajar una maledicencia, que cuando él fuese mi esposo había de alcanzarle; y si antes era el difunto Valcárcel el solo que contra vomitaba maledicencias, una vez él muerto, avivado el incendio de la calumnia por el móvil de la envidia, dieron en decir de tales cosas a propósito de las músicas y de las rondaduras con que don Baltasar me afligía, que ya abandonada en Méjico de todos, que de huían como si hubiese estado apestada, me propuse escapar de aquel no merecido infierno en que me encontraba; y vendidos los cuantiosos bienes de mi marido, que montaron a muchos cuentos de escudos, amen del oro y plata labrada que en nuestra casa había, embarqueme para España y llegue a Sevilla, donde en manos de genoveses puse mi dinero a ganancia, y en la casa de la Contratación las barras de oro y plata que de las Indias truje, y al mesón de la Cabeza del Rey don Pedro acogime, en tanto que casa hallaba en donde morar con la decencia que a mi linaje y a la memoria de mi marido correspondía; y no siempre en el mesón de la Cabeza del Rey don Pedro he estado, que largas temporadas he pasado en una granja que de mis padres era; y así se han pasado bien dos años, y hubiérame quedado en la granja con mi viudez y mi desgano del mundo, lejos del ruido de la populosa Sevilla, a no ser porgue, descubierto mi retiro por el eterno enemigo de mi familia y mío, de tales asechanzas me vi rodeada, que de vivir en despoblado tuve miedo; que aunque mis criados eran muchos y valientes, y fieles, capaz hubiera sido don Baltasar de juntar un ejército de salteadores, y combatir la granja y robarme, cosa que en Sevilla no es fácil, donde hay tanta gente de guerra y de justicia, y toda al servicio del rey, para seguridad de sus buenos vasallos.

Hasta el tocado era parecido, porque si ellos llevaban turbantes, mas ó menos voluminosos segun los paises de donde procedian, ellas usaban las llamadas por los cronistas latinos mitriolas, que no eran otra cosa que una pequeña faja rodeada á la cabeza, llevada en todos tiempos por los lidios, frigios, sirios, árabes, persas y egipcios, y entre los romanos como adorno de las mugeres estrangeras, de las rameras, y de los hombres afeminados que afectaban un trage exótico.

Palabra del Dia

rigoleto

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