Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de mayo de 2025
Hubo un momento en que creí que su razón había volado... Esa espantosa existencia es muy á propósito para quebrar los caracteres más enteros; cuanto más fino es el temple de un alma, más rápidamente es destruída por semejantes pruebas... He tenido que revelarle la traición de Sorege para hacerle entrar en posesión de sí mismo... ¡Oh!
Otra vez pensaba en el noviazgo de Margalida con una molestia semejante a la de los celos. ¿Y esta muchacha iba a ser para uno de aquellos bárbaros de tez obscura, que la sometería como una bestia a la servidumbre de la tierra?... ¡Margalida! murmuró como si fuese a revelarle algo importante . ¡Margalida!... Pero no dijo más.
Por cierto respondió Dawson con una sonrisa, mientras su único ojo me miraba parpadeando a través de sus anteojos, arcos de oro. Pero su amistad y gratitud nunca hicieron que llegase al grado de revelarle su secreto. No.
Yo esperé que tú me sirvieras en este negocio; pero con la necedad de tus celos no has hecho nada. ¿No sabes cuál es mi proyecto ahora? Confiarme a lord Gray, revelarle todo, suplicándole que me facilite lo que tanto deseo.
De esta suerte quedaron ambos al separarse, lleno de confusión el pensamiento: Ruiloz porque aquella prueba había de revelarle el temple y la índole de la mujer querida, y Julia porque a solas con su conciencia imaginaba ser juez en causa propia. ¡Qué noche tan larga... y qué ideas tan negras!
Muñoz, a punto de contestarle despectivamente, se retuvo al oír la noticia; y por la sola posibilidad de que aquella charla de Castilla pudiera revelarle cualquier circunstancia referente a ella, le siguió escuchando. A mí, en realidad, no me gustan las muchachas como Adriana, prosiguió Castilla.
Como esta evolución del ánimo de Bermúdez se le reflejó en la cara, y se la tornó risueña y apacible, y fueron también risueñas y apacibles sus palabras, Nieves renunció al propósito con que se había levantado de revelarle el secreto, en la mejor forma que pudiera, si continuaba el pobre hombre en las torturas de la víspera.
Pero el bastardo imperial hacía en Leganés una vida demasiado villana, confundido con los otros chicos del pueblo, y entonces Luis Quijada, mayordomo del César, y el único que sabía quién era aquel niño, se lo llevó á Villagarcía, de donde era Señor, y lo confió á su mujer, sin revelarle el secreto; por lo que esta ejemplarísima señora llegó á concebir tristes sospechas, que amargaron su vida hasta que, muerto ya el Emperador, hizo pública la verdad el rey D. Felipe II, reconociendo como príncipe y hermano suyo al que había de ser el primer guerrero de su tiempo.
Leoville hizo un gesto de aquiescencia, y Auvray prosiguió: «Perdone usted, señorita, si no he sabido resistir al ardiente deseo de declararle la volcánica pasión que su sola presencia me ha inspirado: perdone mi atrevimiento, pero no podía menos de revelarle este amor que de hoy más habrá de llenar mi vida.
No repuse con firmeza. ¿No?... me preguntó con una inflexión de voz llena de ternura y de resentimiento, ¿no? ¡Ah! agregó quiera Dios que su reserva lo haga feliz. Reaccioné, e iba en aquel mismo momento a revelarle todo lo que sentía por ella, cuando entraron Martín y sus padres, y el desenlace, que se había presentado tantas veces en aquel día, quedó de nuevo trunco.
Palabra del Dia
Otros Mirando