Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de mayo de 2025
Aquí la gran maldad la Filomena Lamenta de Teseo, su cuñado, Con su lengua arpada bien resuena, Y con canto suave y agraciado Publica á todo el mundo su gran pena, Y dice: "pues la lengua me has cortado, Aquesta gran maldad, cruda tirana, Labrando contaré toda á mi hermana."
Mas así no será, que de Varela Todos van á clamar sobre la tumba, Que es un cobarde el que á pelear no vuela, Su canto de victoria ya retumba Y en medio de las huéstes debeladas Resuena el estridor de las espadas.
La pecadora descansa de noche en su lecho, atormentada por sus sombríos pensamientos; detrás de la escena resuena cántico confuso y sobrenatural, que pinta lo pasajero de todas las cosas terrestres, presentándose una sombra con barba y largos cabellos blancos, trayendo un féretro en la mano, una corona y un cetro en la otra y un azadón al hombro.
Y en último término, todas las circunstancias preliminares de un enlace quedan olvidadas ante el aleteo de las nuevas vidas y el pío pío que resuena en nuestro corazón. Comencemos por desvanecer el error en que el título de esta croniquilla pudiera inducir al lector.
»Y por la noche, cuando me acuesto, pongo el relojito sobre la mesilla: su andar suave resuena en la alcoba. ¡Mar-cha! ¡Mar-cha!, parece que me dice. Y yo marcho, Pepita; yo leo una muchedumbre de libros, yo emborrono una atrocidad de cuartillas, pero esa gloria tan casquivana no llega, no llega... »Adiós; escríbeme. «Pepita: Ya soy un periodista político terrible.
El toque sigue y no cesa y vibra en el alma opresa sordamente como un cuerpo que cayera en una huesa... ¡Din dan, din don , resuena en el corazón, din dan, din don , de la campana que dobla el lento y lúgubre són!
Resuena acaso el canto levantado En los oidos sordos de la muerte? Cabezas que animó fuego sagrado, Manos dignas del cetro y de la lira, Yacen talvez en túmulo ignorado En este campo que ninguno admira. No leyeron el libro portentoso Que enriquece del tiempo la corriente: La pobreza con soplo silencioso Congeló de sus génios el torrente.
Ya habían sido robadas.... ¡No mientas, perverso! El Caballero desciende las gradas del presbiterio y avanza algunos pasos en la oscuridad de la capilla. La prócer figura, que tiene la vaguedad de un fantasma, parece crecer bajo la nave, y su vos resuena impregnada de grave tristeza, de una tristeza de patriarca y de guerrero. Los dos clérigos callan. ¿Por qué te escondes, mal hijo?
De improviso, voz vibrante, grave, extensa, poderosa, que se repite incesante, y que de instante en instante resuena más presurosa, rompiendo el silencio hiende el aire, léjos se extiende, y á la ciudad despertando, brava, al combate llamando, hasta la vega desciende. Es la sonora campana de la alcazaba, que, fiera, dice que gente cristiana, de presa y conquista en gana, ha roto por la frontera.
El lector habrá visto, si ha asistido á algún sermón gerundiano, que á veces el predicador, no sabiendo qué medios emplear para conmover al femenino auditorio, alza los brazos, pone en blanco los ojos, y con tremenda voz nombra al demonio, diciendo que á todas se las va á llevar en las alforjas al Infierno; habrá visto cómo cunde el pánico entre las devotas: una llora, otra grita, ésta, se desmaya, aquélla principia á hacerse cruces, y la iglesia toda resuena con las voces alarmantes, el pataleo de los histéricos, el rumor de los suspiros y el retintín de las cuentas del rosario. ¿El lector ha visto esto?
Palabra del Dia
Otros Mirando