United States or Lesotho ? Vote for the TOP Country of the Week !


Muerto Calixto, Melibea se arroja desde lo alto de una torre y también se mata, pero la bienaventuranza alcanzada y gozada por ambos amantes, en sus mutuos y ardientes abrazos, es como luz de gloria que los envuelve y que presta a lo trágico, acaso contra la intención reflexiva del autor, carácter de apoteosis.

Había ido allí a muy otra cosa, pero los suspiros de su inglesa-italiana y el olor a medicinas antiespasmódicas, más el declinar del día, le habían cambiado de repente el ánimo, inclinándole a la melancolía poética y reflexiva, a la abnegación espiritual y piadosa.

En efecto; el nuestro se sentía atraido por la natural inclinación de su espíritu á la pintura de los sentimientos caballerescos y de las costumbres de la nobleza, y si su razón reflexiva encontraba un alimento favorito en el sistema de honor de la grandeza española, y en su oposición con otros deberes, también es cierto que no contribuyó poco á encadenarlo en este círculo de personas y de ideas, la circunstancia de escribir generalmente para las clases de la sociedad más elevadas y selectas.

Luego de pensar esto, miraba á su mujer largamente, con una reflexiva atención que ella no llegaba á adivinar, acostumbrada á tener en poco todo lo de su marido. Aún la encontraba hermosa á los treinta y tantos años, lo mismo que cuando se casaron. Producto de varios cruzamientos de españoles con indias, tal vez había además en sus venas cierta parte de sangre africana.

Mientras proseguía embebecido en esta fructuosa tarea, el cura de la Segada apartóse un momento de la conversación y le clavó los ojos con expresión reflexiva. Después, volviéndose al conde con la misma voz de falsete, le dijo: La única persona que cuenta en este país con bastantes fuerzas para ganar unas elecciones es D. Baltasar Rodríguez.

El naufragar o arribar a buen puerto depende entonces, no de la seguridad de nuestra brújula, sino del hado favorable o adverso, independiente de nuestra voluntad y de nuestra orientación reflexiva. A los diez y ocho o veinte años la mujer se impresiona fácilmente. Pero esta impresión suele ser fugaz, versátil, inconsciente.

No era Maltrana el único que se había aproximado queriendo perturbar con diabólicas propuestas su tranquilidad de argonauta reflexiva y prudente, aquel quietismo monacal de plácidas digestiones y largas siestas, que era para ella el encanto más grande de las travesías oceánicas.

Aunque no usaba contrariar la marcha adoptada por su hermano, era fácil de adivinar que la condenaba en el fuero interno, que se hallaba fuera de su centro en el hotel de Osorio. Se había hecho reflexiva y taciturna. Su mirada, cuando la posaba en Raimundo, era profunda y melancólica, como si temiese una catástrofe. Clementina la agasajaba cuanto podía; pero no lograba entrar en su corazón.

Por la única ventana enrejada que la esclarecía, abierta a bastante altura, entraba en aquel momento un haz de rayos de sol. El P. Gil, después de permanecer un momento inmóvil en actitud reflexiva, fue a colocarse debajo de aquellos rayos. Su cabeza rubia, iluminada repentinamente, brilló con reflejos de oro, su tez blanca adquirió una trasparencia singular.

Abrió su espíritu al amor con la inocencia que la flor abre su cáliz a los rayos del sol. Y aquella niña tímida, melancólica y reflexiva, en algunos días había experimentado notable trasfiguración; la alegría que rebosaba de su alma comunicó a su rostro atractivos que antes no tenía, gracia a sus movimientos, sonoridad a su risa, brillo a su palabra.