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Actualizado: 3 de junio de 2025


Merced a su reflexiva prudencia estuvo, pues, inmejorable. Inesita, por su estilo, estuvo asimismo muy bien. Su serenidad olímpica, su calma divina, no la abandonó ni un instante.

En los doce años últimos, pasados junto al río Negro, la imagen de los Torrebianca se había mantenido fresca en su memoria. Una vida de monótono trabajo, poco abundante en novedades, conserva vivas las impresiones, pues éstas no reciben la superposición de otras que las borren. Muchas veces, en sus largas horas de reflexiva soledad, se preguntaba cuál habría sido el final de Elena.

En la expresión melancólica y reflexiva de su cara adivinó Maximina que algo triste le pasaba. Trató de mostrarse entonces más alegre y habladora que de ordinario, a fin de disipar su mal humor: adivinaba vagamente que de rechazo iba a caer sobre ella; pero no lo consiguió; Miguel, contra su costumbre, respondía con gravedad a sus instancias.

Pero Teri movía la cabeza negativamente, con una tenacidad reflexiva en el gesto y unos ojos de misterio, como mujer que sabe que en amor las confesiones francas no se olvidan ni se perdonan. Todo mentiras... calumnias. Nada tengo que contarte. Olvida eso; no te atormentes... No hubo nada; y aunque algo hubiese... ¡yo no te conocía entonces, no te conocía!

Este notable descubrimiento da idea de la solidez de juicio y la serenidad reflexiva del marido de mi amiga. Suele también, de tarde en tarde, escribir algunos artículos en los grandes diarios acerca del porvenir de la ganadería, «nuestra industria madre». Estos artículos, por lo que toca a si existe o no aumento en el número de cabezas, están inspirados por un prudentísimo sentido dubitativo.

Así, Ariosto, por ejemplo, no sería por su afición á lo moral y á lo decente, sino por estas reglas de estética, más ó menos reflexiva ó irreflexivamente percibidas, por lo que no cuenta con circunstancias íntimas lo que pasa entre Angélica y Medoro; pero cuando quiere dar en lo grotesco y provocar á risa, lo cuenta todo sin aprensión.

Pero es porque el amor, en su forma exaltada, sólo es, como dice Voltaire, un cañamazo dado por la naturaleza y bordado por la imaginación. Ahora bien: el cañamazo, la belleza física, no resiste la tiranía del tiempo que imprime las tristes huellas de la decadencia; y la imaginación bordadora también acaba por sosegarse y quedar sustituída por una dulce y reflexiva calma.

¡Tres mil reales! dijo el usurero poniendo la cara de duda reflexiva que para los casos de benevolencia tenía; cara que era ya en él como una fórmula dilatoria, de las que se usan en diplomacia. ¡Tres mil realetes!... Hija de mi alma, mire usted

JÚPITER, permíteme que hable la primera, como tu esposa y madre de los dioses más poderosos. Ninguno mejor que yo podrá presentarte el mortal más perfecto que el divino HOMERO. Y á la verdad, ¿quién osará disputarle la supremacía, así como ninguna obra puede competir con su Iliada, valiente y atrevida, y su reflexiva y prudente Odisea? ¿Quién, como él, ha cantado tu grandeza y la de los demás dioses, tan magníficamente como si nos hubiera sorprendido en el Olimpo mismo y asistido á nuestras asambleas? ¿Quién contribuyó más á que el odoro incienso de la Arabia se quemase abundantemente ante nuestras imágenes y se nos ofreciesen pingües hecatombes, cuyo sabroso humo, subiendo en caprichosos espirales, nos era tan grato que aplacaba nuestras iras? ¿Quién, como él, refirió las batallas más sublimes en más hermosos versos?

Pero viendo que éste no trataba de hacerle daño, concluyó lógicamente por rascarse la barriga, ejecutando después otra serie de maniobras candorosas que el gran antropólogo seguía con mirada escrutadora y reflexiva. La ciencia estaba de enhorabuena. En el cerebro del ingenioso Sánchez germinaban pensamientos fecundos, admirables proyectos de experimentación.

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