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Actualizado: 1 de julio de 2025


Impulsado, por una parte, por el deseo de dar a Lucía conocimientos que la realzasen, recelando, de otra, que se dijese por el pueblo en son de burla que el tío Joaquín aspiraba a una hija señorita, educola híbridamente, teniéndola como externa en un colegio, bajo la férula de una directora muy remilgada, que afirmaba saberlo todo.

Suponga V. á un hombre siempre en movimiento mal de su grado; siempre habiéndoselas con la policía ó recelando tener que habérselas; preocupado el entendimiento por aspiraciones políticas; y con el corazon constantemente en el pais de que su mala suerte le aleja; y dígame en conciencia si tal hombre es ni puede ser nunca viajero aunque mas tierras corra que el mismísimo Judío Errante.

Que otra columna de 1,000 hombres, al cargo del Coronel de Dragones del ejército, D. Gabriel de Aviles, pasase á las cercanias del pueblo de Muñoz, con el fin de adquirir noticias de aquel pais, y de castigar aquellos rebeldes: y el Comandante General, con el resto del ejército, pasó la raya que divide el vireinato de Lima con el de Buenos Aires, donde halló la rebelion con el mayor furor y crueldad, porque Diego Cristóval Tupac-Amaru, su nuevo caudillo temerario, recelando que los blancos y mestizos de aquellas provincias lo arrestesen con traicion, en fuerza de los prémios ofrecidos por su captura, eligió y puso en egecucion el bárbaro partido de inundar asesinar indistintamente á todos los que no fuesen de su casta, sin reparar en la edad ni en el sexo, castigando y persiguiendo tambien á los curas y sacerdotes de aquellos territorios, que su medio-hermano José Gabriel habia tratado con mucha consideracion, y con el debido respeto á su sagrado carácter.

Por último, recelando cansarla, la cogió en brazos, se sentó a la turca, y comenzó a mecerla y arrullarla blandamente, con tanta suavidad, precaución y ternura como pudiera su propia madre. ¡Qué ganas, qué violentos antojos se le pasaban!... ¿De qué?

El gobernador que ésta nombró para Laycacota, viéndose sin fuerzas para hacer respetar su autoridad, entregó el mando a don José Salcedo, que lo aceptó bajo el título de justicia mayor. La Audiencia se declaró impotente y contemporizó con Salcedo, el cual, recelando nuevos ataques de los vascongados, levantó y artilló una fortaleza en el cerro.

Pero recelando que aquel secreto sería menos eficaz cuanto más se divulgara, contúvose en su locuacidad, y tan sólo dijo que bien podría suceder que de la noche a la mañana se les metiera por las puertas la fortuna. Al acostarse junto a Doña Paca, pues dormían en la misma alcoba, pensó que todo aquello de Almudena era una papa, y tomarlo en serio la mayor de las necedades.

Ya en estas razones últimas se había agradecido al sueño el tal Don Cleofás, dejando al compañero de posta como grulla de la otra vida, cuando un gran estruendo de clarines y cabalgaduras le despertó sobresaltado, recelando que se le llevaba a otra parte más desacomodada el que le había agasajado hasta entonces; pero el Diablillo le sosegó, diciendo: No te alborotes, don Cleofás; que, estando conmigo, no tienes que temer nada.

La mujer, recelando alguna gran pesadumbre, se llegó a él, y le enfadó tanto con las acostumbradas importunidades, que dijo: ¿Qué ha de ser, si el bellaco ladrón de Almendros el aposentador, me ha dicho, teniendo palabras con él sobre el arrendamiento, que vos nos sois limpia?

Recogióse en su Rancho ofreciendo á Dios su vida en sacrificio por el bien de aquellas almas, y estuvo toda aquella noche esperando le viniesen á matar; mas Nuestro Señor le libró para otras cosas de su servicio, porque avisados los infieles por la dicha india de que el Padre Misionero sabía ya sus intentos, no se atrevieron á darle la muerte, recelando también no viniesen luego los españoles á vengarla.

Ella, que sabía muy bien lo que trataban, procuró encubrirlo con una falsa risa, respondiendo no sabía la causa. Temióse el Misionero no fuese alguna borrachera; y para certificarse y atajarla, instó á la india descubriese la verdad. Ella, recelando por esta instancia que ya el P. lo supiese, le descubrió toda la conjuración que contra su vida tenían tramada.

Palabra del Dia

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