Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de mayo de 2025
¡Toma!... ¿Y tú no me dijiste que irías también y que querías ser paleta? Sí; pero fue porque me pensé que era conversación. ¡Encerrarme yo en un pueblo! ¡Qué talento tienes! De tal modo se demudó el rostro del joven, que Fortunata, que ya empezaba a decir algunas bromas sobre aquel asunto, se recogió en sí.
¿Cómo los dos? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Yo? Nada. ¿Tú sabes algo? No, hombre, no. O me lo dices, o se lo pregunto al mismo Carlos Ohando. ¿Es que está aquí Catalina? Sí, está aquí. ¿De veras? Sí. ¿En dónde? En el convento de Recoletas. ¡Encerrada! ¿Y cómo lo sabes tú? Porque la he visto. ¡Qué suerte! ¿La has visto? Sí. La he visto y la he hablado. ¡Y eso querías ocultarme!
Mendoza se puso colorado y comenzó a balbucir: ¡Yo no he sido!... ¡Demasiado sé yo!... El conde se ha empeñado... Decía que era necesaria una persona... No nos atrevimos a ponerte a ti por si no querías... De todos modos ya sabes... Bueno, bueno; ya lo sé todo repuso Miguel con acritud. Pero estas cosas, querido Perico, se dicen por si no convienen. Así quedó el asunto.
Lucía la tomó aparte para que pudieran hablar Julio y Muñoz, pero dirigiendo hacia ellos, de vez en cuando, una graciosa mirada de curiosidad. ¿Tú la conocías, entonces? Te lo dije aquella vez, repuso Julio. No lo recordaba. Te dije que la conocí en casa de las Aliaga. Creí que bromeabas, que te querías burlar de mí. No me lo dijiste muy claro, en todo caso.
Pues entonces, ¿para qué querías esa víctima? Yo no quería... ni dejaba de querer... no se trataba aquí de lo que yo quería, sino de lo que era. El Conde estaba asiduo conmigo, y yo, lo confieso, me complacía en sus asiduidades. No le amaba; pero sentía una satisfacción de amor propio en creerme amada por él. Esto me ha perdido. Vamos, hermana, tranquilízate. Nadie se pierde por tan poco.
Tú no sabes lo que es una mujer que se muere por un hombre. ¡Pobretín, esa miel no la has catado nunca!... ¿No darías tú algo porque yo te quisiera como tú me querías a mí?... ¿Te acuerdas de cuando me adorabas, te acuerdas?... Pues figúrate que yo te adoro a ti lo mismo y que te llevo estampado en mi corazón, como tú me llevabas a mí...».
Tú no querías hacerme ningún daño..., no querías más que besarme las manos, ¿verdad? Nada más, hermosa. Pues yo tengo mucho gusto en que las beses, Ricardo... Tómalas... La niña extendió hacia arriba sus lindas manos, que se agitaron en el aire alegres y cándidas como dos palomitas recién salidas del nido. Ricardo las besó con efusión repetidas veces.
Al cabo de diez minutos largos, la linda cabeza rubia de su esposa asomó por la puerta. ¿Qué me querías, pichón mío? preguntó, sin entrar, en tono distraído, que no encajaba bien con lo meloso de la pregunta. Entra... Son las once, y aún no me han curado el vejigatorio. Yo pensaba que esperarías a que el médico lo hiciese dijo avanzando con vacilación por la estancia.
1133 Y es misterio tan projundo lo que está por suceder, que no me debo meter a echarla aquí de adivino; lo que decida el destino después lo habran de saber. MARTÍN FIERRO 1134 al fin cerrastes el pico después de tanto charlar; ya empezaba a maliciar, al verte tan entonao, que traías un embuchao y no lo querías largar.
La artista se agarraba nerviosamente al brazo de su amante. No tengas miedo murmuró Rafael. Apóyate y salta... Poco a poco. ¿No querías oír al ruiseñor? Ahí le tenemos, escucha. Era verdad.
Palabra del Dia
Otros Mirando