Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de junio de 2025
Y tú, ¿te quedas, eh? añadía Amalia uniendo su ceceo al de Lola . ¿Hasta cuándo, chica...? Pero te vas a secar.... ¡Esto es ahora un monasterio!
Listo eres, según me dicen; sé además trabajador, y el resto lo obtendrás con exceso. Aquí te quedas preparándote para entrar en el Seminario. Nada ha de faltarte; ni maestros, ni consejos, ni ejemplos. ¡Quiera el Señor que seas un día Príncipe de la Iglesia! Otros de más humilde origen han llegado a tan alta jerarquía, y no habrá milagro en que les iguales.
Su solicitud hacía sonreír dulcemente a Laura. ¿Por qué no vas al comedor? murmuró. Yo voy a dormirme ya. No, no tienes sueño y yo no podría conversar allí pensando que te quedas tan apenada.
Que te espere allá en tu tierra... Tú puedes hacernos aquí un gran favor... Ya lo sabes: te quedas... ¡Qué felicidad! El destino de Ferragut era obedecer á esta voz amorosa y dominadora... Y en la mañana siguiente, Tòni le vió llegar al vapor con un aire de mando que no admitía réplica. Mare nostrum debía partir cuanto antes con rumbo á Barcelona. Confiaba el mando á su segundo.
Al terminar dice á Rugero las palabras siguientes: Y ansí de aquesta manera, Siendo yo padre, tú Rey, Partimos la diferencia; Yo no te castigaré; La plebe queda contenta: Yo quedaré siendo padre Y tú siendo Rey te quedas. Sus partes diversas no corresponden al argumento, ni se observa en los caracteres firmeza ni consecuencia.
Bien, hija; si ya te he dicho que no voy. Es que lo dices así, en un tonillo de manso cordero..., como si fuese una tontada mía... No, querida, no. Lo hago con mucho gusto, puesto que tú me lo ordenas... No, yo no te lo ordeno.. Si quieres, vas, y si no, te quedas. Imagino que, en el fondo, de quien estaba descontenta era de sí misma.
Parece que están viendo venir algo que no acaba de venir. Las que nos miran parece que nos dicen algo cuando las miramos, y que efectivamente nos han de consolar si les pedimos algo. Comprendo el misticismo; lo veo claro... ¡Ay!, si yo me quedara aquí... ¿Por qué no te quedas?... ¡Qué tonto! le dijo la santa con desconsuelo.
Desde este día quedas afecto a mi persona en calidad de archipámpano... Mis cardenales gritarán, pero, ¡peor para ellos! ya estoy acostumbrado... Vuelve mañana, al salir de vísperas, y Nos te impondremos las insignias de tu beneficio delante de Nuestro cabildo, y luego... te acompañaré a ver la mula, y vendrás a la viña con nosotros dos... ¿Eh? ¡Ja, ja! ¡Anda, vete!...
¡Y no hay medio en lo humano! Ninguno. Bien; será lo que quieras. ¡Presos don Francisco y don Juan! ¡Presos! ¡Al momento! ¡Al momento! Pues vete y manda extender las órdenes. ¿Y te quedas aquí? Sí, no quiero asustarte desapareciendo delante de ti. Debe haber aquí alguna puerta secreta. Pues bien; ¿qué importa? bastante seguro te tengo. Mira.
Allí era: tuvo miedo, frío y ganas de llorar... Despidiose de D. José, el cual no comprendía por qué su ahijada le mandaba retirarse. «¿Pero qué? ¿Te quedas aquí?... ¿No vuelves a casa?... No me pregunte usted nada, padrinito. Pronto lo sabrá usted todo. Adiós. A ti te pasa algo. ¡Qué pálida estás!... Pero aguarda... Adiós, adiós».
Palabra del Dia
Otros Mirando