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Actualizado: 1 de junio de 2025


Inspirada por mi gratitud hacia vos y por mi odio hacia ella, fingí entrar por entero en sus proyectos; y prometí ayudarla sinceramente, libertarla, como decía ella, de vuestra cruel tiranía, que está envenenando su vida desde hace más de quince años.

Además, en el momento de la despedida yo estaré también presente y te infundiré valor. »Le prometí lo que quiso. ¿Qué otra cosa podía hacer?

«Pues ese pobre hombre añadió la santa conteniendo la risa , desde que se entera de que estoy aquí, se pone a tocar como un descosido. Es la manera de recordarme que le prometí vestirle, porque el desventurado está mejor de pulmones que de ropa.

Pero a éste le fui a tropezar camino de Peñascosa, y le hablé muy al caso, representándole el pecado en que incurría rematando bienes de la Iglesia, le prometí darle en arriendo el prado, y le puse cuarenta duros en la mano. ¿Qué había de hacer el hombre? Fue a Lancia, lo remató y me lo traspasó a acto continuo... ¡Vaya una risa que se armó en el pueblo, amigo!

Y yo le prometí en su lecho de muerte a Burton Blair defender y proteger los intereses de su hija le dije, en una voz tranquila y fría. ¿Puedo, entonces, preguntarle, ya que tratamos el asunto, si abriga usted intenciones matrimoniales respecto a ella? No, no debe usted preguntarme nada de eso grité enfurecido. Su pregunta es una injuriosa impertinencia, señor.

Zuzie dice Bettina, voy a recordaros hoy vuestra promesa. ¿Os acordáis de lo que pasó entre nosotras la noche de su partida? Convinimos en que si a su vuelta yo os decía: Zuzie, estoy segura de amarlo, vos me permitiríais dirigirme a él francamente y preguntarle si me quería por esposa. , os lo prometí. ¿Pero estáis segura? Completamente segura.

Tampoco dió importancia á este accidente. Su pensamiento no estaba mudo, y bastaría para que él y la difunta se entendiesen. Aquí estoy, difunta Correa dijo mentalmente . He tardado un poco, pero no fué por mi culpa: bien lo sabe usted y su hijito. Traigo el préstamo, con los intereses que le prometí. Son cuarenta pesos.... No he podido traer más.... Me ha sido imposible juntar más....

¿Cómo? le pregunté rápidamente, sin comprender el significado de sus palabras. Recuerde que yo le prometí a su padre ser su protector. Lo , lo . Es mucha bondad la suya dijo, mirándome agradecida con esos maravillosos ojos que siempre me habían tenido fascinado por el hechizo de su belleza. Pero añadió, sacudiendo tristemente su cabeza, me temo que en esto sea usted impotente.

Pero lo que temía era que hubiera resuelto huir; no creía que tuviera la decisión de morir: ¡aun no la conocía!... Pasé una noche tremenda. Ella también la pasó en vela. Cien veces, mil, quise ir a buscarla, pero su puerta me estaba vedada. Por la mañana vino Alejandra a buscarme, a llamarme, con la intuición de una catástrofe. La prometí partir, pero antes quise ver por última vez a Florencia.

Ahora bien, señoras mías; ya tienen Vds. lo que les prometí; ya todas se han remozado. Vd. tenía ayer noventa años, ahora tiene cincuenta; Vd. ayer cincuenta, hoy treinta y cinco. Hablando así las despachó a todas tan corridas como puede 30 suponerse.

Palabra del Dia

vorsado

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