United States or Bermuda ? Vote for the TOP Country of the Week !


El corazón de Juan late violentamente. Surge del fondo de su alma el presentimiento de que van a cometer una falta. La cosa quedará entre nosotros, Juan, dice Gertrudis en tono zalamero. El cierra los ojos. ¡Qué hermoso sería tener un secreto con ella!

«Desde que salimos de Cádiz dijo Malespina , Churruca tenía el presentimiento de este gran desastre.

Nadir, a pesar de la indiscreción de que me acusas, tienes cierto oculto presentimiento de que te verás libre por arte y ayuda mía.

En tu buque puedo vivir olvidada del mundo, como si hubiese muerto... Y si mi presencia te disgusta, llévame lejos de Francia, déjame en un país lejano. Deseaba salir de este aislamiento en tierra enemiga teniendo que obedecer á sus superiores, como una fiera enjaulada que recibe pinchazos á través de los hierros. La hacía temblar el presentimiento de su próxima muerte.

Para que todas estas coincidencias no le hubiesen advertido desde un principio, para no haber tenido antes un íntimo presentimiento de esa posible paternidad, era necesario haber estado ciego o muy preocupado. Preocupado, efectivamente, estuvo por sus quimeras matrimoniales, por la egoísta infatuación que le había hecho creer en la posibilidad de casarse con la propietaria de Rosalinda.

La Marquesa de Oreve me llamó ayer a su casa por una carta urgente y fui corriendo con el presentimiento de lo que iba a suceder. Estaba yo tan pálido y desencajado, que la Marquesa exclamó al verme: No se alarme usted, querido amigo... Lo que tengo que decirle exige ante todo calma y sangre fría... Se trata de Luciana, ¿verdad?

Un presentimiento y una duda atravesaron mi espíritu; pero a los diez y seis años, esa clase de impresiones vuelan y desaparecen, como las mariposas que revolotean en torno de nosotros, así es que estuve lo más alegre hasta el instante en que nuestros invitados se despidieron del señor de Pavol. Así que se fueron, retirose mi tío a su gabinete y me hizo comparecer ante él.

Soledad y María-Manuela sin duda se habían vuelto á casa. Pero antes de retirarse á la suya quiso dar un vistazo por el café Suizo. Un vago presentimiento le animaba á ello. Sabía que Antonio era parroquiano y solía llevar con él á María-Manuela. En cuanto abrió la puerta y puso el pie dentro la vió. Estaba sentada cerca del mostrador con su amiga María y otra mujer, Antonio y otro hombre.

Y antes de que el criado pudiera contestar a estas preguntas, que no había entendido, echó a correr en dirección a la casa con el corazón palpitante, henchido de emoción por el presentimiento de que era ella. ¿Dónde está? gritó sin dejar de correr. En la corrada, a la puerta del jardín le contestó también a gritos. Llegó a la corrada sin respiración.

En aquel momento trataba de identificar este ideal con la persona de Huberto; pero al mismo tiempo desconfiaba de él, deseaba que no se declarase, ante el temor de que una brusca desilusión no la hiciese caer en la realidad. Aspiraba con pasión a encontrar una alma simple, enérgica, y un vago presentimiento la hacía temer que no encontraría lo que buscaba en lo que Huberto iba a revelarle.