Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de julio de 2025
La guerra había debilitado las precauciones de don Marcelo, y la familia vivía ahora en un descuido generoso. La madre, á imitación de otras dueñas de casa, hacía provisiones para meses y meses, adquiriendo cuantos víveres podía encontrar.
Avanzó el Nacional llevando pendientes de sus manos, con las puntas hacia abajo, dos gruesas banderillas que parecían enfundadas en papel negro. Fuese hacia el toro sin grandes precauciones, como si su cobardía no mereciese arte alguno, y le clavó los palos infernales entre los aplausos vengativos de la muchedumbre.
¡Aquí! ¡Venga usted aquí! «Me trata de usted, ¡malísimo!» se dijo el perro, a quien no hacían efecto las pompas y vanidades. Y avanzó con mayores precauciones aún, asegurando bien la pezuña a cada paso que daba, meneando el rabo de un modo vertiginoso. ¡Aquí! ¡Aquí! seguía gritando la vieja. Por fin, a una velocidad máxima de seis pasos por minuto, llegó el Cuco a su destino.
Pero como nuestros gobernantes no le conocen y temen una humorada como las de aquel Hombre-Montaña que se enloquecía bebiendo un líquido cáustico, será usted sometido á las siguientes precauciones: »Una máquina voladora irá delante, después de haber enroscado un cable á su cuello. Otra volará detrás, con su cable amarrado á las dos manos de usted cruzadas sobre la espalda. Puede avanzar sin miedo.
Ahora, que el doctor Voronof debe tomar precauciones, porque aunque científicamente un político sea igual a un carnero, hay, sin embargo, entre ambos una diferencia esencial. El carnero no vive de su vejez, y el político sí. ¿Qué sería de un político español sin vientre, sin barbas blancas, sin asma y sin calvicie? Quitarle estas cosas a un político es quitarle el prestigio y la respetabilidad.
Y muy despacio y adoptando toda suerte de precauciones oratorias, dio cuenta a Magdalena de su plan, que, como ya sabemos, consistía en llegar hasta Niza y aguardar la vuelta de Amaury en aquel invernadero de Europa, en la estación de invierno más espléndida del mundo.
Se puso á reír sola pensando en la figura tan graciosa que hacia Roussel echado en el césped y vestido como un harapiento, él, á quien había conocido de punta en blanco el día de la boda ... Después se preguntó porqué todas aquellas precauciones y tan raras estratagemas. ¿La situación era, pues, más complicada de lo que había pensado?
En el hecho de que mi cliente fue amenazado, y que, a pesar de no haberlo comunicado a nadie más que a mí y reírse de las precauciones que yo le indiqué, vivía constantemente temeroso de ser asesinado. ¡Extraño! exclamé. ¡Muy extraño! Nada le dije de esa notable carta que había encontrado en el equipaje del muerto.
Susana se preparaba, armada de una escoba, a hacerla funcionar activamente. Me pareció que estaba en uno de sus malos días, y pensé que sería conveniente emplear algunas precauciones oratorias antes de plantear mi pregunta. ¡Qué lindas y brillantes están tus cacerolas! díjele con amabilidad. Se hace lo que se puede refunfuñó Susana, y a quien no le guste, que se queje.
Y se aceptará la traicion de un discípulo, y el inocente Cordero será llevado á los tribunales, y será interrogado, y al responder palabras de verdad, el príncipe de los sacerdotes se sentirá devorado de celo, y rasgará sus vestiduras, y dirá «blasfemó,» y los circunstantes dirán «es reo de muerte.» Precauciones.
Palabra del Dia
Otros Mirando