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Actualizado: 15 de julio de 2025
Volvamos á las Marianas. El suelo de Guajan en relación con el mundo animal, tiene una verdadera especialidad digna de llamar la atención, cual es no ser conocida ninguna clase de culebras; esto da al natural una gran seguridad en la vida de campo, como asimismo hace innecesarias en los que recorren las islas ciertas precauciones propias de los países en que se crían aquellos reptiles.
Las calles estaban atestadas de gente, así como la iglesia y sus alrededores; al volver, tuve muchísimo miedo de que hubiese alguna desgracia, pero se tomaron muchas precauciones para evitar los accidentes que la aglomeración de gentes pudiera ocasionar. Casi todo el pueblo estaba invitado a pasar la velada en nuestra casa.
La intensidad del reposo del ministro era tanto más notable, cuanto que era una de esas personas de sueño por lo común ligero, no continuado, y fácil de interrumpirse por la menor causa. Pero su espíritu no estaba tan hondamente aletargado, que le impidiera moverse en el sillón cuando el anciano médico, sin ningunas precauciones extraordinarias, entró en el cuarto.
Pero como ella es casada no van allí más que con grandes precauciones... Bueno, pues nos ha venido Dios a ver. ¿Por qué? Como yo antes salía poco de casa y ahora siempre falto de ella porque estoy aquí contigo, mi mujer anda loca de puro escamada; tanto, que me ha mandado seguir por un chico que afortunadamente me lo ha dicho, y callará.
Y volvía De Pas, para evitar mayores males, a sus precauciones, que eran el contento de Teresina, lo que ella creía con orgullo su victoria. Ana también tenía su secreto. Su piedad era sincera, su deseo de salvarse firme, su propósito de ascender de morada en morada, como decía la santa de Ávila, serio; pero la tentación cada día más formidable.
A pesar de todas estas precauciones, no habian podido lograr su objeto, y algunos indios y españoles se habian acercado á la ciudad hasta oir el tañido de las campanas!"
Pepe Rubio busca la soledad y va y viene, la vista fija en el suelo, las manos cruzadas á la espalda. Son noches de fiebre en que, de telón adentro, nadie nos estrecha la mano, en que parece que nadie nos conoce... El pánico de esas horas crueles obliga á muchos comediantes á adoptar ciertas precauciones.
Jacinto lo hizo con todas las precauciones imaginables como si se hallase atacado de un reuma agudo y no pudiese soportar el más leve movimiento. Despidióse de los abuelos que medio dormidos le dieron las buenas noches y muchas memorias para sus padres. Flora desprendió el candil que colgaba de la campana de la chimenea y le acompañó hasta la puerta.
Volvió a coger los «trastos de matar», pero ya nadie quiso sentarse, adivinando que el lance iba a ser breve y terrible. Gallardo marchó hacia la fiera con su ceguedad de impulsivo, como si no creyese en el poder de sus cuernos luego de salir ileso: dispuesto a matar o a morir, pero inmediatamente, sin retrasos ni precauciones. ¡O el toro o él!
Palabra del Dia
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