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Actualizado: 8 de octubre de 2025
Muy pocas cosas puedo decir acerca de la prostitucion de esta ciudad extraordinaria. Los lectores saben que la prostitucion se considera aquí como una industria, industria que tiene su matrícula, que está bajo la vigilancia del gobierno, pagando en trueque una contribucion. La policía da á las mujeres públicas dos horas de reclamo; desde las nueve hasta las once de la noche.
Lo que encargo á ustedes desde ahora, dijo con intensa emoción la anciana, es que abracen á mi desgraciado hijo en mi nombre y le aseguren que mi corazón no ha dudado jamás de él y que mi pena no me ha importado pensando en la suya. Ha cometido muchos errores y muchas faltas, pero está pagando su mala vida con un suplicio que le limpia y le engrandece.
Eran catorce, todos rubios como unas candelas, y corpulentos y sanos á fuer de legítimos hijos de la verde Erin. Su edad variaría entre diez y seis y veinticuatro años. Aquellos escolares simbolizaron á mis ojos un tributo de respeto y de agradecimiento que la católica Irlanda sigue pagando á la nación católica por excelencia.
Los unos tenían una cruz, los otros un garabato, los de más allá una llamada, y los menos, las frases no paga, pagará, va pagando, ya pagó. ¿Qué significaban pues el garabato y la cruz? Misterio insondable. En una misma página se mezclaban gastos e ingresos: aquí aparecía Fulano como deudor insolvente, y dos renglones más abajo, como acreedor por jornales.
Para perderme se unieron mil circunstancias misteriosas. Tenía una deuda con el destino y la estoy pagando. ¿Y si yo hubiera descubierto la trama misteriosa y criminal de esas circunstancias misteriosas? ¿Sabrías tú lo que yo me maté inútilmente por saber? Lo sé. ¿Cómo lo has descubierto? Por casualidad. ¿Conoces al culpable? Todavía no, pero sé que no pudiste ser tú.
Abren el despacho general media hora antes de comenzar el espectáculo, y este tiempo basta difícilmente para expender los billetes de las localidades baratas. Así sucede que casi todas las localidades de preferencia tienen que buscarse en contaduría, pagando un sobrecargo de cuatro, ocho y hasta diez reales por asiento, lo cual monta á una suma muy respetable en el trascurso de una temporada.
Sí, así se llama mi madre. El hombre se turbó, no supo decirme lo que pagaba de renta a mi abuela, y murmuró: Dígale usted a su madre que me diga lo que tengo que pagar al año por la casa, y si puedo me quedaré en ella. Yo le indiqué repetidas veces que no, que siguiera pagando como hasta entonces; pero no le pude convencer.
17 No pagando a nadie mal por mal; procurando lo bueno no sólo delante de Dios, mas aun delante de todos los hombres. 21 No seas vencido de lo malo; mas vence con el bien el mal. 1 Toda alma se someta a las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.
Gracias respondió la aconsejada, pagando con un beso en cada mejilla de la consejera otros dos que ésta le había estampado en las suyas, con las últimas palabras del consejo, como si hubiera querido pintárselas allí para que no las olvidara. ¡También Leticia! ¿Era aquello una burla o una pesadilla?
Bajo impresiones tan embriagadoras, vestida con lo mejor que tenía, y su hija con lo más elegante de su bien provisto ropero, estuvo una semana haciendo visitas que siempre había desdeñado, y pagando otras que debía de muy atrás, sólo por buscar ocasiones de anunciar su salida para Madrid, adonde la llevaba el delicado cargo con que el país había honrado a su marido.
Palabra del Dia
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