Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de octubre de 2025


Todo eso no vuelve á caer en estado inorgánico, sino que entra rápidamente en los nuevos organismos. De todas las hipótesis, ésta es la más verosímil; si se rechaza, nos engolfamos en dificultades inmensas

Si las mismas especies de plantas y de animales hubieran existido siempre en la tierra desde que estos organismos vivientes aparecieron por primera vez en la corteza enfriada de la tierra, no se podría calcular la edad relativa de las capas terrestres separadas una de otra; pero se han sucedido diferentes seres según las edades, sucediéndose también por lo tanto en las hiladas superpuestas.

No pasaba de los cuarenta años; llevaba el rostro afeitado; era grande y musculoso, pero empezaba á mostrar la blandura naciente de los organismos invadidos por la grasa. Tenía el aspecto del trabajador manual que ha hecho fortuna y no puede ocultar cierta tosquedad reveladora de su origen. Lucía numerosas sortijas, así como una gran cadena de reloj, y su traje siempre era flamante.

El señor duque de Requena representa algo más que estas cualidades vulgares; representa la fuerza ¡la fuerza!, único sostén del Universo. Esta fuerza está repartida desigualmente entre los organismos. A unos les ha tocado una parte mayor, a otros menor. Y en esta batalla incesante que sostienen los unos contra los otros perecen los más débiles; se salvan los más aptos y los más fuertes.

La placa de pizarra que conserva los huesos de un animal, ó solamente una ligera huella, nos cuenta la historia de las innumerables generaciones que se han sucedido sobre la tierra en la incesante batalla de la vida: los rastros de huella nos hablan de aquellos bosques inmensos, representados después de su muerte por ligeras capas de carbón; el acantilado calizo, amontonamiento de animales revelados por el microscopio, nos hace asistir al trabajo de las multitudes de organismos que pululaban en el fondo de los mares; los residuos de todas clases nos recuerdan las aguas pluviales, las nieves, los ventisqueros, los torrentes, limpiando los montes como lo hacen hoy y cambiando de siglo en siglo el teatro de su actividad.

Los dientes, las agujas, las estrías de los minerales y de los organismos infinitamente pequeños, revelan, bajo la mirada del instrumento que los analiza, las suaves ondulaciones de sus contornos. Donde se produzca un movimiento, tanto en la piedra como en otro cuerpo ó en la juntura de los mundos, este movimiento, resultante de diversas fuerzas, se realiza siguiendo una dirección curvilínea.

Arrastrados por el torrente circulatorio de la savia, de la sangre ó de otros líquidos, entran á formar parte de un tejido, luego de otro y de otros aún; así viajan por todos los organismos, hasta que son definitivamente expulsadas, y entran en ese gran mundo exterior, donde millones de seres vivos se empujan y combaten para ampararse de ellas como de una presa y utilizarlas á su vez.

Conchas, espiguillas de esponjas, animalillos de todas clases, organismos inferiores, silíceos ó calcáreos, caen en lluvia incesante desde las aguas de la superficie y se mezclan con los innumerables seres que se acumulan, viven y mueren en el fondo, en muchedumbres que bastan para construir hiladas tan grandes como las de nuestras montañas.

Con admirable intuición comprendía ya que las plantas más diminutas merecían el mismo examen atento que los árboles seculares, porque en todas partes la Naturaleza revela su inmensa riqueza. Por eso brincaba a menudo por encima de los setos y se metía por los cuadros de flores para estudiar los organismos inferiores.

Una luz fantástica atravesaba con ráfagas multicolores este mundo de absoluta lobreguez. Era luz animal, producida por los organismos vivientes. En los abismos abisales resultaban muy contados los seres ciegos, contra la opinión del vulgo, que se los imagina á casi todos faltos de ojos por su lejanía del sol.

Palabra del Dia

aprietes

Otros Mirando