Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de junio de 2025


Cuando había estreno de algún drama o comedia muy aplaudidos en Madrid, en el palco de Ronzal se discutía a grito pelado y solía predominar el criterio de un acendrado provincialismo, que parecía allí lo más natural tratándose de arte. No había salido de Vetusta ningún dramaturgo ilustre, y por lo mismo se miraba con ojeriza a los de fuera.

Por algo se es la mula del Papa, la mula de las bendiciones y de las indulgencias... Por muchas travesuras que hicieran los muchachos, ella no se enfadaba, y sólo a Tistet Védène guardaba ojeriza.

Más adelante se le ocurrió degradarla de otra manera. Josefina comía a la mesa con los señores. El alto y poderoso maestrante no había consentido en ello al principio: importunado por su esposa, cedió al fin, no sin repugnancia. Concha, penetrada de la ojeriza de su señora, comenzó a intrigar para privar de este honor a la recogida.

Conocía bastante la displicencia del joven; pensó que se encontraba disgustado entre tantos desconocidos, y que eso bastaba para tenerlo descontento hasta el punto de inspirarle palabras acerbas. No era la primera vez que María Teresa advertía los celos de Juan, pues consideraba legítimo que un antiguo compañero sintiese ojeriza hacia los que trataban de captarse su amistad.

Y cuando la veía en la imaginación en hábito de monja bernarda, por entero olvidada de aquellas dulces escenas que habían sido el encanto de su vida, despreciándolas tal vez, y aborreciéndolas cual si fueran delitos, nuestro joven ¡que Dios le perdone el pecado! llegaba a mirar con ojeriza a la esposa de Jesucristo.

El jefe, señora comenzó a gimotear , el jefe, que las ha tomado de poco tiempo a esta parte conmigo.... En cuando digo cualquier cosa, suelta la carcajada o dice una porquería.... Y los demás claro, los demás, como me tienen ojeriza porque la señora me quiere, y por adular al jefe, se ríen también.... Porque le he dicho hoy que se lo diría a la señora, me ha llenado de insolencias y me ha echado de la cocina.

Pero, en fin, sois malos y mal nacidos, y no podéis dejar, como malandrines que sois, de mostrar la ojeriza que tenéis con los escuderos de los andantes caballeros.

Ya se ve; y que le gustaban los pajes. Y que Inés no es su hija. No, pues la Inés, que es un pimpollo, ha sacado las mismas aficiones que la madre; ya ha tenido tres novios pajes de su majestad. ¿Y cuál es el paje de ahora? Un muchachote rubio, paje de la reina; un chico rubicundo, que la echa de valiente, y á quien tengo ojeriza. ¿Y cómo se llama ese paje? Valentín Pedraja.

Milagros le saludó de la manera más afectuosa, quejándose luego de su desgraciada suerte y de lo inexorable que Dios era con ella, no dándole más que penas sobre penas. Bringas la confortaba con razones cristianas, aunque le tenía cierta ojeriza, ya inveterada, por no haber recibido de ella el regalo de Pascua que creyera merecer cuando le compuso la arqueta de marfil.

El cura le estuvo escuchando con grande atención, y parecióle hombre de buen entendimiento, y que tenía razón en cuanto decía; y así, le dijo que, por ser él de su mesma opinión y tener ojeriza a los libros de caballerías, había quemado todos los de don Quijote, que eran muchos.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando