Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de julio de 2025
Iban casi en orden hierático; delante las niñas de corto, entre quienes descollaba Nisita, ya espigada, provista de una gran pelota; luego el grupo de las casaderas, Josefina García, Lola Sobrado, luciendo sus mantillas y sus colas recientes; los flancos de este pelotón los reforzaban Baltasar y Borrén, y como Baltasar no se había de poner al ladito de su hermana, tocábale ir cerca de Josefina.
¿Un burro, señorito? ¿Un burro precioso? ¿Un burro mejor que los caballos? ¿Vamos a Aldeaparda? ¿Vamos a la Erbeda? Acercose Baltasar a las niñas de corto, y dijo a Nisita: ¿Una vuelta por el campo? A la chiquilla se la encandilaron los ojos, y soltando la pelota, echó los brazos al teniente con sonrisa zalamera.
A la fiesta habían sido convidados todos los íntimos: Borrén, otro alférez llamado Palacios, la viuda de García y sus niñas, de las cuales la menor era Nisita, la rubia de los barquillos, y por último, la maestra de piano de las hermanas de Baltasar.
La niña mayor de García, Josefina, se sentó al piano, después de muy rogada, y tras mil repulgos dio principio a una fantasía sobre motivos de Bellini; Baltasar se colocó a su lado para volver las hojas, mientras sus hermanas gozaban con las gracias de Nisita, que roía un trozo de piñonate: manos, hocico y narices, todo lo tenía empeguntado de almíbar moreno.
En la sala hubo un instante de sorpresa; Josefina interrumpió su habanera; Baltasar se aproximó a la ventana; la viuda soltó el estereóscopo, y a Nisita se le cayó de las manos el piñonate.
Entre tanto Nisita se iba abriendo camino al través de piernas y sillas, hasta acercarse a la niña de ocho años que llevaba en brazos al rorro. Un tiquito... un tiquito gritaba la rubilla mirándole compadecida y embelesada . Ámelo. No podrás con él respondía desdeñosamente la niñera. Le oy teta argüía Nisita haciendo el ademán correspondiente al ofrecimiento.
¡Jesús!... ¿Pero cómo hacéis para que no llore? ¿Y si tiene hambre? Le meto la punta del pañuelo en la boca para que chupe.... Es muy listito, ya se entretiene mucho. Riéronse las niñas, y Lola tomó al nene en brazos. ¡Qué ligero! pronunció . ¡Si pesa más la muñeca grande de Nisita!
Casi al mismo tiempo otro ruido, que subía del portal, vino a dominar el ya formidable del aguacero; una algarabía, un chascarrás desapacible, unas voces cantando destempladamente con acompañamiento de panderos y castañuelas. Saltaron alborotadas las chiquillas, con Nisita a la cabeza.
Batilos... a mí batilos, chilló al oírlo una rubilla carrilluda, que cabalgaba en la pierna izquierda de un capitán de infantería portador de formidables mostachos. Nisita, no seas fastidiosa: te llevo a mamá amonestó una de las mayores, con gravedad imponente. Pué teo batilos, batiiilos berreó descompasadamente la rubia, colorada como un pavo y apretando sus puñitos.
A toda su familia, desde la madre hasta Nisita, les rebosaba el contento visiblemente; pero Josefina, en particular, no parece sino que se había esponjado con las buenas nuevas del pleito. La proximidad de la fortuna animaba, como un reflejo dorado, su tez, y hacía fulgecer en sus ojos chispas áureas.
Palabra del Dia
Otros Mirando