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Actualizado: 26 de mayo de 2025
El Círculo Rojo dijo Borrén . Están obsequiando a los delegados de Cantabria. ¡Llegar por mar ahora mismo y tener humor para correrla! exclamó el teniente . ¡Lástima de naufragio! ¿A usted qué le parece de estas algaradas, Sobrado? ¿Qué me ha de parecer? Que antes de dos meses nos embromarán allá por Navarra los del Terso.... ¡Quia! Eso nunca, hombre. Eso murió, y los muertos no resucitan.
Dos disgustos, al decir de Montalván, oscurecieron los últimos meses de la vida del genial poeta. Uno parece haber sido la muerte de su inquieto hijo Lope Félix, que se había hecho militar, sirvió en los tercios de la Marina y peleó bizarramente en varios encuentros. Pereció en un naufragio yendo en una expedición para pescar perlas en la isla Margarita.
»Una celebridad tan universal y tan duradera no puede menos de fundarse en mérito extraordinario, sobre todo cuando se considera que esa celebridad no es debida, ni á ser la primera, ni mucho menos la única obra en su género conocida en España, ni tampoco á que su carácter trivial la ponga naturalmente al alcance del gusto poco delicado del vulgo... Si por una inconcebible fatalidad estuviese destinado á desaparecer de repente de la faz de la tierra nuestro antiguo teatro, y nos fuese dado salvar sólo una pequeñísima parte de él, cuatro dramas, como reliquia de tanta riqueza, nosotros, que tenemos en mucho las obras literarias de nuestra nación, no vacilaríamos en elegir, para salvarlos de ese espantoso naufragio universal, El Tetrarca, de Calderón; El desdén con el desdén, de Moreto; La verdad sospechosa, de Alarcón, y el García del Castañar, de Rojas.»
Nunca jamás ha de permitirse que nadie meta lumbre debajo de cubierta sino dentro de lanterna, porque el naufragio que en la mar sucede por fuego es de los más temerosos y trabajosos que pueden suceder y así debe haber vigilantísimo cuidado y recato con todo lo tocante á la guarda del fuego y lumbre de la nao.»
Hablaban con mayor interés y abundancia de corazón de lo que habían almorzado aquel día, ó de la comida del anterior, ó de la que harían el siguiente, que del naufragio de hace cuarenta ó cincuenta años, y de todas las maravillas del mundo que habían visto con sus ojos juveniles.
Jacobo habíase sentado mientras tanto en una silla, al otro lado del pequeño secrétaire, que vino a quedar entre ambos; encontróse algún tanto embarazado después de este primer saludo, y esperando que la marquesa entrase la primera en el terreno en que uno y otro deseaban encontrarse, púsose a hablar de la afluencia de hombres políticos de todos colores que llegaban en aquellos días a Biarritz; parecía aquello la costa a que la República de España fuese arrojando los restos del naufragio de la monarquía saboyana.
Sólo Nébel pudo decir cuán grande fué su dicha recuperada en pos del naufragio. El también olvidaba lo que fuera en la madre explosión de calumnia, ansia rabiosa de insultar a los que no lo merecen. Pero tenía la más fría decisión de apartar a la madre de su vida una vez casados.
Sobre el montón de ruinas y cadáveres que queda del naufragio de la patria; del sepulcro en que duermen tantos mártires ¡emerge, oh juventud! írguete y anda... ¡Emerge, oh juventud! ya entre el celaje ríe la nueva aurora sospirada, que ayer empurpuraron con su sangre los genios salvadores de tu raza...
Pero ellas seguían agarradas al escollo de su naufragio, tal vez para siempre, viviendo de los residuos de otros y otros, que, siguiendo la misma ruta, venían á chocar y á perecer. Se ofrecían á los forasteros como personas experimentadas en los misterios de la casa; aconsejaban á las parejas en viaje de amor qué número debían jugar, como si poseyesen el secreto.
Y el náufrago, obsesionado por este recuerdo, apenas concedía importancia á las escenas siguientes: la lucha de la muchedumbre por ganar los botes; los esfuerzos de los oficiales para imponer orden; la muerte de muchos que, locos de desesperación, se arrojaban al mar; la trágica espera aglomerados en embarcaciones que apenas sobrenadaban unos centímetros sobre las aguas, temiendo un segundo naufragio á poco que se alborotasen las olas.
Palabra del Dia
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