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¡Cuánto daría por tener algunos años menos, y ser libre de volar contigo a algún hermoso rincón lejos de este ruido infernal, de esta eterna murmuración, de toda la miseria que nos rodea!

Pues él fue quien cerró los balcones y encendió la tenebraria y el primero que se puso a rezar a Santa Bárbara. Godofredo estaba inquieto, porque la plática se inclinaba demasiado a la murmuración. Así que, bajando los ojos con suave expresión de mansedumbre, dijo en voz apagada: A uno y a otro les ha de juzgar Dios. A nosotros no nos toca más que compadecerlos y hacerles todo el bien que podamos.

En mi tía Carmen no arraigó la murmuración ni halló tierra propicia la maledicencia, acaso porque a la nobleza de su alma repugnaba todo lo bajo y miserable. Por lo contrario, en todas ocasiones salía en defensa del ausente, desgarrado en su buen nombre por las tijeras del gremio solteríl.

La murmuracion y la envidia empezó á sentirse en palacio, y por consiguiente no duró mucho sin que se divulgase este acontecimiento, de tal manera, que con la mayor rapidez vino la noticia á España, y al momento se enteraron las personas reales. ¿Será posible esplicar lo que padeció Doña Juana al ser sabedora de esta noticia?

Se le ha metido en la cabeza que el señor Fernández le quita todos los escribientes, cuando el buen señor es incapaz de semejante cosa. Además, quieren que le sirvan de balde, y no paga debidamente a quienes le sirven. No te apenes: esa murmuración es aquí común y corriente, y nadie para mientes en ella.... ; pero temo que el señor Fernández desconfíe de su nuevo empleado....

¿Enamorado de esa niña? ¡Ni por pienso! ¡Murmuración villaverdina! ¿Murmuración? Vale más. Ya dieron en decirlo, y seguirán.... Créame usted, Angelina; créame usted: la señorita es guapa, que es guapa, linda como un ramo de rosas; pero el joven que se complace en oirla tocar no ha puesto en ella los ojos, ¡ni los pondrá jamás! Mi voz despertó a tía Pepa. Yo estaba separando el último pétalo.

A todas nos gusta murmurar: todas murmuramos, y la vida sin murmuración sería aburridísima y tediosa. Quedamos, pues, en que es agradable murmurar. Ahora bien: ¿es conveniente? Yo creo que . No se escandalicen mis lectoras.

Sin embargo, fué objeto en vida de grandes murmuraciones y se murmura mucho aún de su santa memoria. La justicia de la murmuración salta a la vista, teniendo en cuenta que ella, por abundante que sea, es siempre inferior al número de nuestros defectos. Con tener la murmuración ojos de lince, nunca los ve todos.

La madre de don Fermín vivía en perpetua zozobra; pero no desmayaba. «Ya que él quería perderse, allí estaba ella para salvarle». Era lo principal visitar al Obispo, conseguir que la murmuración, la calumnia o lo que fuese, no llegara a su Ilustrísima. Doña Paula pasaba gran parte del día y de la noche en palacio.

Por fin, una noche, dando pasto a la murmuración, Cristeta y su tío salieron del teatro acompañados de don Juan: delante iba la pareja enamorada y detrás el estanquero. Nadie hubo en el teatro que no diera por cierta la caída y perdición de la Morteruelo; y, sin embargo, el diablo no tenía todavía motivo para regocijarse.