Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de junio de 2025


Ahora, hija mía, buen corazón para todos y buena cara donde quiera que nos encontremos con ellos; pero nada más y como si no hubiera habitantes en Villavieja. Si ladran, que ladren; si muerden, que muerdan. ¡Viva la libertad con orden! como se gritaba en cierta ocasión, y a vivir a nuestro regaladísimo gusto, ¡canástoles! que para eso hemos venido aquí.

Tuve varios negocios con ella, y éstos me obligaron a visitarla en su casa muchas veces; y en su casa andaba una víbora de las que muerden el seno que las ha dado calor: un mayordomo que, según informes que después adquirí, había perdido la confianza de su señora, con grandes motivos para ello.

La dotación del buque donde el anciano príncipe «enamorado de la sombra y del viento», se embarca, la componen foragidos, piratas y aventureros de la peor especie. No importa. La nave así parece un corazón avanzando, á despecho de los ruines instintos que lo muerden, hacia la perfección del Ideal.

Cosa singular que dama se aficione a la lengua, siendo la parte del hombre que mas aborrescen ellas, así por ser el secreto, que ellas tanto aman, enemigo de la lengua, como porque obras buscan ellas y no palabras; quizá porque, segun dicen, li fatti sonno maschi, le parole femine; quizá de allí viene que la vez que cojen una lengua entre dientes, la muerden, como víbora rabiosa

¿Por qué habéis dicho que el corazón es como una fuente? En las fuentes se envenenan las aguas y mueren los que beben de ellas.... ¡También el corazón tiene su ponzoña! Pero no la vierte en las bocas que le muerden, sino que las recibe de ellas. El corazón es como la niña del ojo. Adonde mira aquello tiene en el fondo.

No importa, no importa; no luchamos sólo contra don Rodrigo Calderón. Os engañáis; el alma de Lerma es Calderón. Puesto Calderón fuera de combate, cae Lerma. Pero quedan Olivares, Uceda, y todos los demás que se agitan en palacio, que se muerden por lo bajo, y que delante de todo el mundo se dan las manos.

Abundan también de muchos monos, gallos, tortugas, antas, ciervos, cabras monteses y también de culebras y víboras de extraños venenos, porque hay algunas que luego que muerden se hinchan los cuerpos de los pacientes y destilan sangre por todos sus miembros, ojos, oídos, boca, narices y aun de las uñas; pero el doliente, como echa por tantas partes aquel pestilente humor, no muere.

Ella, con tiernísima solicitud, exclamó muy alarmada: ¡Jesús, Fernandito, me dan miedo esas cosas!... ¿Están sueltos?... ¿Muerden?... ¡Ca, no!... Si son unos negros cualquiera... ¡Más feos!... Y se abrochaba con disimulo el gabán, para ocultar a Currita que llegaba su consideración a los antropófagos hasta el punto de visitarlos a las diez de la mañana, de frac y corbata blanca.

Me gusta como el mar: para bañarme; pero no para quedarme en él; me gusta Buenos Aires para pasar breves temporadas; ¡pero me sofoca la vida entre más de un millón de personas que se agitan, hablan, se mueven, atropellan, contagian, pegan, muerden! ¡¡Luján!! gritó en el andén la misma formidable voz de los «booletos». ¿Tendremos tiempo de bajar? preguntó Lorenzo.

El comandante se había quedado como una estatua, mirándome con ojos que, por lo abiertos, parecían querer saltar de las órbitas. ¿Y cómo sabe usted eso? preguntó, al fin, con voz áspera, donde se advertían el recelo y la amenaza. Lo sabe hoy toda Sevilla le respondí con mal humor . Isabel se lo ha contado a las de Anguita, y estas niñas no se muerden la lengua. Le vi ponerse pálido.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando