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Actualizado: 17 de mayo de 2025
Firme creyente yo en el libre albedrío, aseguraba que todo ser humano, ya por naturaleza, ya por gracia, que Dios le concede si de ella se hace merecedor, puede vencer las más perversas inclinaciones, domar el carácter más avieso y no incurrir ni en falta ni en pecado.
»Te hice sufrir una injuria; »Tú no supiste perdonar la injuria y levantaste tu mano armada contra un hombre y le mataste. »Tú no eras merecedor de la felicidad. »El ángel que yo te había dado, vio sangre humana en tu frente y se horrorizó de ti... »Y el horror le mató. »Le mató como un tósigo lento.
-Sin él estaría -respondió el duque-, señora condesa, el que no descubriese por vuestra persona vuestro valor, el cual, sin más ver, es merecedor de toda la nata de la cortesía y de toda la flor de las bien criadas ceremonias. Y, levantándola de la mano, la llevó a asentar en una silla junto a la duquesa, la cual la recibió asimismo con mucho comedimiento.
El director, un ayudante ó secretario y esos celadores son los únicos empleados activos del establecimiento, y lo sirven muy bien. Los capellanes concurren los domingos á hacer los oficios religiosos y morales, sin perjuicio de su concurso accidental. Cuando un recluso se hace merecedor de consideraciones, se le permite recibir de tiempo en tiempo la corta visita de algun deudo.
Hay que ser superficial, frívola, y como a mí no me gusta eso, pues... me callo». «Bien hecho la dije, no te aflijas, hija mía; yo te buscaré un novio digno de tí. No te aseguro que sea rico; pero sí inteligente y espiritual y culto y muy hombre, merecedor, en una palabra, de los tesoros de tu alma». Inesilla se conmovió profundamente.
Ustedes podrán apreciar por sí mismos, que es merecedor de todas las simpatías. Nadie lo duda, puesto que usted lo afirma dijo Huberto Martholl, que no perdía un solo movimiento de la joven. La conversación fue interrumpida por otros jugadores de tennis; contaron hazañas que nadie escuchó, y formaron círculo aparte.
» Sigo, y continúo afirmando que un hombre con todos esos contrapesos, por poco entendimiento que tenga, no puede creerse merecedor del cariño ni de la lealtad de una mujer como yo. » Repare usted que, sin hacer las debidas salvedades... y tal y demás, resuulta eso..., ¿cómo lo diré?, un poco... vamos... exxxtremaaado. » Resultará lo que usted quiera; pero hay que oírlo.
Le trataban mal, pero él no se quejaba. Aquellos señores tenían razón para asustarse y defenderse. Comprendía que era merecedor de aquello y algo más; pero ¡qué remedio, si no tenía dinero y deseaba ver a sus hijos! El tren iba limitando su marcha, como si se aproximara a una estación.
Seré merecedor de tu desvío, Mas no comprendo la ilusión extraña Que á dar tanta beldad te precipita, Inútil don, tesoro inmaculado, Á la vejez marchita. La amapola del prado No despliega la pompa de sus hojas, De púdico amor rojas, Hasta que el sol derrama En su velado seno estiva llama; Ni la rosa se atreve Á abrir el cáliz entre escarcha y nieve.
Diéronsele, pues, las consabidas serenatas por todas las murgas de la población; recibió las acostumbradas felicitaciones, y, ¡oh fuerza de la vanidad satisfecha!, llegó a creerse merecedor de tanto obsequio, y hasta legítimo representante de la libérrima voluntad de sus electores.
Palabra del Dia
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