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Actualizado: 28 de junio de 2025
Los servicios que el hombre hace se quedan en la antesala, y las sospechas penetran al gabinete, segun dice Zoroastro. Todos los dias eran acusaciones nuevas; la primera se repele, la segunda hace mella, la tercera hiere, y la quarta mata.
La solución de este drama es desconocida, pues las que se le han dado parecen absurdas. Ciertamente que no. Si, por algún accidente, se para en alguna playa, el enorme peso de sus carnes, de su grasa, la aniquila; sus órganos se rinden y queda asimismo asfixiada. En el único elemento respirable para ella, la asfixia la mata lo mismo que en el agua no respirable do vive. Abreviemos razones.
El buen Mateo Gil, soldado viejo, Con esfuerzo y valor de Trugillano; Nacido en el lugar de Xarahicejo, Andaba por el campo muy lozano. Parécele que mata algun conejo, Matando algun soldado Zapicano, Y así tan gran estrago va haciendo, Que las yerbas del campo va tiñendo. Hernan Ruiz pelea sin pereza, De Córdova heredando la osadia: Acá y allá acude con destreza, Con ánimo y esfuerzo y valentia.
Más había; aquella señora que hablaba de grandes sacrificios, que pretendía vivir consagrada a la felicidad ajena, se negaba a violentar sus costumbres, saliendo de casa a menudo, pisando lodo, desafiando la lluvia; se negaba a madrugar mucho, y alegando como si se tratase de cosa santa, las exigencias de la salud, los caprichos de sus nervios. «El madrugar mucho me mata; la humedad me pone como una máquina eléctrica». Esto era humillante para la religión y depresivo para don Fermín; era, de otro modo, un jarro de agua que le enfriaba el alma al Provisor y le quitaba el sueño.
En el mismo instante se presentan también sus amos disputando vivamente, sacan las espadas, y Don Luis mata á Don Juan, huyendo en seguida de la posada para escapar de la justicia.
Gallardo se echaba atrás, no queriendo confesar que una mujer podía hacerle daño. No; toro no. Ahora quisiera ser perro... un perro de pastor, con unos colmillos así de largos, y salirte al camino y ladrarte. «¿Ven ustedes ese fachendoso que mata fieras y que el público dice que es muy valiente? Pues ¡me lo como! ¡Me lo como así! ¡Haam!»
Cuanto deba Huir de la ocasión quien ha pecado, A todos la experiencia ya ha mostrado. Para huir la pena del delito Que dá Dios al que peca en la otra vida, Conviene al pecador esté contrito, Se culpa en confesion sacra plañida. Mas suele otro castigo: ser inflíto Por temporal justicia la huida, Y salto de la mata es el remedio Mejor, que no meter buenos en medio.
Sí, señor... ¡Pues no me había de atrever!... Sí, señor, que me atrevo replicó el viejo, ya enfurecido. ¿Quieres que yo consienta que expongas tu vida por un pillo, por un ladrón, que se ha introducido en tu casa para robarte villanamente la honra? A los ladrones se les mata de un tiro, o se les ahorca; no se mide las armas con ellos... Tú estás obcecado, Gonzalo... Párate un momento, hombre.
De modo que, si el viento no destruye á la Invencible, y si otro soplo de viento no mata la luz de doña Juana de Velasco, Juan... Montiño no existiría.
Llevaba mucha delantera, pero tal vez á mata caballo podrían detenerla en Fuerte Sarmiento. Otros ponían en duda el éxito de tal persecución. Sólo quedaba una hora escasa para la llegada del tren, y como éste partía de la próxima estación del Neuquen, nunca llegaba con retraso.
Palabra del Dia
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