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Escuchando al maestro, y bajo la acción sedante de su ademán y de sus ojos tranquilos, recuerdo las incoherencias maravillosas de esos dos libros que emulan las páginas mejores de Maupassant, y que un nervioso no podría leer de noche y á solas. Hoffmann, dando forma y color á sus excentricidades, jamás supo escribir nada semejante.

El que en su espíritu, pues, se transporta á esos siglos pasados, contemplará esas creaciones maravillosas de los autos de Calderón, experimentando sentimientos iguales á los de la persona, que, provista de un anteojo de larga vista, recorre lejanos horizontes y cielos dilatados, en los cuales las nebulosas se transforman en soles, y surgen de las profundas tinieblas del firmamento mundos nuevos de un resplandor incomparable.

Había que aceptar todos los caprichos de una realidad que parecía complacerse en provocar su asombro, ofreciéndole maravillosas semejanzas.

referir esas curas maravillosas en una época en que yo era feliz y por lo tanto incrédulo. »Tráigame, pues, a ese hombre, se lo suplico. »Leopoldo de AvrignyEl padre de Magdalena encargó de llevar esta carta a un criado montado en buen caballo, y aquella misma tarde cerca del anochecer llegaron el cura y el pastor, quienes al recibir el mensaje se apresuraron acudir al llamamiento.

»El favor que quiero pedir a usted, consiste en esto: »Creo recordar que en Ville d'Avray hay un pobre pastor, llamado Andrés, que posee recetas maravillosas y que, a creer lo que dicen los aldeanos, ha devuelto la salud a muchos enfermos que la Facultad había desahuciado. Tengo una idea vaga de todo esto, y estoy seguro de que yo no lo he soñado.

Habíase acostumbrado Feijoo a la amplitud desnuda de sus habitaciones, a las grandes vidrieras, a la altura de techos, y no podía vivir en estas casas de cartón del Madrid moderno. Su domicilio tenía algo de convento, y su vecino en el segundo de la izquierda era un arqueólogo, poseedor de colecciones maravillosas.

Don Germán contempló el cielo, largo rato, escrutando con avidez sus abismos azulados, sus millones de luminarias maravillosas. Al fin los bajó de nuevo murmurando: «¡No; el amor no se hundirá porque el amor es DiosPaseó después su mirada por el campo. Allá, hacia el oriente, en los confines del horizonte un tenue reflejo del firmamento señalaba el sitio donde se asentaba Madrid.

10 el que hace cosas grandes e incomprensibles, y maravillosas, sin número. 11 He aquí que él pasará delante de , y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé. 12 He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: Qué haces? 13 Dios no tornará atrás su ira, y debajo de él se encorvan los que ayudan a la soberbia. 14 ¿Cuánto menos le responderé yo, y eligiré mis palabras con él?

El general Mendieta ordenó inmediatamente que entrase en juego la artillería; se dieron las órdenes oportunas, y con rapidez y precisión maravillosas las dos ametralladoras y los dos cañones de montaña fueron puestos en batería, y á las cinco en punto de la mañana rompieron simultáneamente el fuego, mientras que los soldados avanzaban en orden de batalla, atronando el espacio con sus gritos de ¡Viva la República!

¡Miseria humana! ¡adelante y basta! me olvido de mis viajes y de todo en recordando á los austríacos. Hay en Venecia muchas y maravillosas iglesias: la de San Nicolas, próxima al Campo de Marte, junto al embarcadero del camino de hierro, es uno de los templos mas antiguos de la ciudad; su color histórico, si se me permite la expresion, hace su fachada interesante.