United States or Anguilla ? Vote for the TOP Country of the Week !


13 Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Y no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho. 15 Y en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, cual quisiesen. 16 Y tenían entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás.

Maravillaba la serenidad, la energía y la astucia que desplegó durante aquellas críticas circunstancias. Nada se logró en todo el día del lunes ni en toda la noche. Las esperanzas de la familia se disipaban poco a poco. Todos se entregaban desfallecidos al dolor y gemían por los rincones de la casa menos la valiente Carlota, cuya actividad crecía a medida que las esperanzas mermaban.

Baila, Fadrique, exclamó D. Diego por tercera vez, notándose ya en su voz cierta alteración, causada por la cólera y la sorpresa. Era tan elevado el concepto que tenía D. Diego de la autoridad paterna, que se maravillaba de aquella rebeldía. Déjele V., señor de Mendoza dijo la hidalga viuda. El niño está cansado del camino y no quiere bailar. Ha de bailar ahora.

»Pero, aunque poco, al fin hablaba, y removía y oreaba las ideas; y aquella terrorífica que antes la perseguía sin sosiego, ya no la martirizaba tanto. »Sólo delante de Guzmán se despertaba y embravecía; y no me maravillaba, después de haberme confirmado la infeliz lo que recelaba yo: aquel pecado mío era, a los ojos de su pudor de hija, el más abominable de todos los del vergonzoso catálogo.

Adriana, para demostrarle que tampoco ella había puesto nada en olvido, le repitió algunas palabras que dijera Julio en aquella ocasión. Y se maravillaba de su propia sinceridad. ¿Sabe usted, agregó, que me dejó sorprendida la seguridad suya cuando se puso a imaginar el elogio de mi alma? Y le pareció advertir de nuevo, como entonces, que brillaba el amor en la mirada de Julio.

Yo no lo que pensarían en casa del viejo Marmitón del desconcierto que debió de notarse entre las palabras que salían de mi boca y las ideas que me retozaban en el cerebro, ni si le notaron siquiera; pero es un hecho que a medida que andaba hacia la casona, formando serios propósitos de ir aclarando la duda poco a poco, extrayendo del fondo de la cristalina fuente las pedrezuelas misteriosas con las pinzas de mi experiencia y el tacto de mi nativa serenidad para esas cosas, me maravillaba del desarrollo que había alcanzado aquel arrechucho mío, y de lo cercano que me había puesto de cometer una ligereza impropia, no ya de un hombre maduro, sino de un colegial inexperto.

No lo creas: en el colegio, y aun después que salimos, en las casas de huéspedes, nos vemos precisados a hacer cosas peores. ¡Cuántos botones habré pegado yo en mi vida! ¡Y cuántas veces habré recosido los pantalones cuando se rozaban por debajo! ¿De veras? ¡Vaya! Marta se maravillaba sinceramente.

Los valles que se perdían de vista, los bosques inmensos, los estanques lejanos de la Lorena, la cinta azul del Rin a la derecha, todo aquel gran espectáculo las maravillaba, y la labradora dijo con profundo recogimiento: Juan Claudio: aquel que ha levantado esta peña hasta el cielo, que ha abierto esos valles, que ha sembrado esos montes de brezos y musgos, ése puede hacernos la justicia que merezcamos.

Harto sabía que el desahogo y libertad revelan quizá más ausencia de malicia que la cautelosa reserva; mas con todo eso, le maravillaba la extremada sencillez de aquella criatura. Era preciso, para entenderla, observar que la salud poderosa del cuerpo le había conservado la pureza del espíritu.