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Otros, asidos á algun madero, se salvaron nadando: yo salí con 5 compañeros agarrados al árbol del navio. Quedamos en tierra desnudos y sin comida, por haberlo perdido todo; y teniendo que caminar 50 leguas por tierra, nos vimos precisados á mantenernos de raicillas y otras frutas en el campo, hasta llegar al puerto de San Gabriel, donde habia llegado 30 dias antes la otra nave con Cabrera.

Sabemos que los aficionados españoles y los exóticos como el vizconde de Fadièse, montados siempre medio tono más alto que los primeros, ahogarán nuestra opinión con sus gritos de anatema. Por esto nos guardamos muy bien de imponerla a otros y nos limitamos a mantenernos en ella.

Solamente el arriero costaba al pie de quince duros aunque era de su obligación mantenernos á su costa durante el viaje; y la estancia anual en Salamanca no nos bajaba á cada uno, con ropa limpia y derechos de Universidad, de mil quinientos á dos mil reales.

"Pero, aunque á la comprension de V.S. nada de esto se encubre, hallándonos noticiosos de la próxima marcha que resuelve egecutar á la ciudad de la Plata, dejando esta provincia, que es el antemural y precisa entrada del Perú, abandonada y espuesta á la discrecion del enemigo, que situado en los pueblos minerales de Ubina, Chocalla, Tatasi, Esmoraca, Santa Catalina, la Rinconada, Lipes y Atacama, despues de haber dado muerte á los jueces y principales vecinos de dichos pueblos, se mantienen vigilantes, esperando se retire V.S. con la tropa de su mando, para entrar á fuego y sangre en esta villa y resto de la provincia, haciéndonos víctimas de su rigor; se nos hace preciso, como buenos servidores y fieles vasallos del Rey Nuestro Señor, representar á V.S., que es muy de su obligacion el amparar con las armas del Soberano esta provincia, pues de lo contrario, las reales rentas de tabacos, alcabalas y correos, se miraban abandonadas, sus administradores espuestos á perder la vida, ó ponerse en fuga, como igualmente todos los leales, que hallándonos sin la menor defensa, por faltarnos las armas y pertrechos necesarios, para juntar ejército y ponernos en campaña, nos será preciso abandonar nuestros domicilios y preciosos bienes, por conservar la vida, sin embargo de que el celo de la honra de Dios, y defensa de los dominios de S.M., nos precisa á mantenernos firmes conteniendo las irrupciones de los rebeldes, hasta perder la última gota de sangre.

Dia 28. Llegaron los tres indios de madrugada, diciendo habian bombeado esa noche los toldos, pero que les parecia no eran los de Quayquitipay sino los de Currel: que eran sus parciales, que no se les debia hacer daño alguno. Con cuyo motivo se determinò mantenernos en el propio lugar por no ser sentidos, no permitiendo se hiciese fuego en lugar alguno, y que á la noche caminariamos y cercariamos los toldos á fin de que no se escapase alguno, y de ellos se sacarian vaqueanos para que nos condujesen

Pidió á los Acarés guias nuestro capitan para ir á los Xarayes, y las dieron en ocho canoas, cuyos indios iban pescando y cazando, como los Sococies, bastante comida para mantenernos. Toman el nombre estos indios de un gran pez, llamado jacaré, de tan duro y áspero pellejo, que no le hieren las flechas de los indios, ni otras armas.

Pues no tenerte lástima, no interesarme por ti, y mirarte como tierra común en la cual todos tienen derecho a sembrar sus deseos para recoger tu deshonra. Desgraciada, si no acabas en la casa de Aransis, acabarás en un hospital. Bien, me agrada eso. O en lo más alto o en lo más bajo. No me gustan términos medios. Y sin embargo en ellos debemos mantenernos siempre... ¿Conque quedamos en eso?

Cuando al talento, la ilustración y la elocuencia siguió Laguardia sin mirar hacia él y dirigiéndose siempre a Mario une además la modestia, entonces cualquiera puede decir: «Ese muchacho está llamado por Dios para algo grande, para ser un baluarte de la fe y combatir los perniciosos errores que andan esparcidos por el mundoLos que tenemos la dicha de mantenernos firmes en medio de la tempestad, los que flotamos por la gracia de Dios en este mar de la incredulidad, tenemos el deber de ayudarle.