Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de junio de 2025


Andad con Dios, buena gente, y haced vuestra fiesta, y mirad si mandáis algo en que pueda seros de provecho, que lo haré con buen ánimo y buen talante, porque desde mochacho fui aficionado a la carátula, y en mi mocedad se me iban los ojos tras la farándula.

Enamorado me ha El donaire del garzon; Yo los doi en conclusion. Dinero, y señal me da. Como te llamas me . Señor, Francisco me llamo. Pues has mudado de amo, Muda el Francisco en Maami. Eso no, señor patron, Francisco me has de llamar. El palo os hará mudar El nombre, y aun la intencion. Pues me aparta el hado insano De vos, señor, qué mandais? Hijo mio, que vivais Como bueno y fiel cristiano.

Mucho tengo que hacer todavía, contestó el barón, pues me propongo embarcar á toda mi gente esta misma tarde. ¿Qué fuerza mandáis, Sir Oliver? Cuarenta y tres hombres. Los cuarenta están borrachos perdidos y los tres entre dos luces, pero los tengo á todos seguros á bordo.

Apartad, Quitad la mano; el color Habéis del rostro perdido. ¿Estáis agraviado? Y ve Mi ofensor, porque me asombre. ¿Quién es? Ignoro su nombre. Señaládmele. haré. Aquí fuera hablaros quiero, Para un negocio importante Que el Rey no ha de estar delante. En la antecámara espero. ¿A dónde, García, vais? A cumplir lo que mandáis, Pues no sois vos mi ofensor. Este es honor, caballero. Muerto soy.

Oíd dijo Quevedo á uno que atravesaba la antecámara, llevando una fuente vacía. ¿Qué me mandáis, señor? contestó deteniéndose el lacayo. Llevad á este hidalgo á donde está su tío. Perdonad, señor; pero ¿quién es el tío de este hidalgo? El cocinero del rey. Seguidme dijo el joven á Quevedo, estrechándole la mano. Nos veremos contestó Quevedo. ¿Dónde? Adiós. ¿Pero dónde? Nos veremos.

Sancho, desamparando al rucio, se cosió con la duquesa y se entró en el castillo; y, remordiéndole la conciencia de que dejaba al jumento solo, se llegó a una reverenda dueña, que con otras a recebir a la duquesa había salido, y con voz baja le dijo: -Señora González, o como es su gracia de vuesa merced... -Doña Rodríguez de Grijalba me llamo -respondió la dueña-. ¿Qué es lo que mandáis, hermano?

»Dábables por respuesta que se dejasen gobernar, y ansí dicen que en vos solo está la culpa; que os estáis encerrado siempre sin dar una vuelta al fuerte ni consultar con nadie lo que cumple, ni dar orden á nada, y sobre todo, mandáis agora de nuevo echar agua salada en las raciones que se dan á los soldados, que los destempla y quita el comer á todos, de modo que en pocos días los pondrá tales que no se hará provecho dellos.

¿Más que apreciaros? ¡Amadme! Echad un memorial á Cupido... Vos sois Venus, y le mandáis. Ya sabéis que Cupido es un bribonzuelo, que no respeta ni aun á su madre. Casi creo que tenéis razón. ¿Por qué?... Porque creo que el rapazuelo me ayuda. Son muy presumidos estos estudiantes... Capitán, señora, capitán.

BRITO. ¿Qué es, señor, lo que mandáis? NU

Ved, pues, lo que me mandáis para Nápoles, que tengo que hacer bastante, y verme quiero fuera de Madrid antes de que acabe la noche. Sacadme antes de iros, si podéis, de este pantano en que me encuentro. A ver voy á Lerma y os le enviaré, y él hará lo que sea menester, que él lo puede todo. ¿Y no volveremos á veros por aquí? Acaso.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando