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Actualizado: 26 de junio de 2025
Para estos y otros parecidos menesteres había en arcas y alacenas buena provisión de sábanas y mantelerías superiores, maciza y abundante plata de mesa y hasta dos colchas de damasco y un crucifijo de marfil y ébano. Nada faltaba allí de lo que no debía de faltar en la casa de una familia como la nuestra.
Apartó la muchacha el botín a un lado, y fue colocando platos de peltre, cubiertos de antigua y maciza plata, un mollete enorme en el centro de la mesa y un jarro de vino proporcionado al pan; luego se dio prisa a revolver y destapar tarteras, y tomó del vasar una sopera magna. De nuevo la increpó airadamente el marqués. ¿Y los perros, vamos a ver? ¿Y los perros?
Cuando la mision fué encomendada á los curas en 1767 despues de la espulsion de los Jesuitas se inventariaron ochenta arrobas de plata maciza. Bajo la direccion de los curas, y mas tarde de los gobernadores, la iglesia de San-Pedro fué perdiendo poco á poco su esplendor: otro tanto sucedió bajo el régimen de los administradores.
Pues ¿y el castillo de Monleón, en Picardía, que parecía un cerro y que batimos, tomamos y saqueamos los soldados de Sir Roberto Nolles, antes de que existiera la Guardia Blanca? De allí saqué yo unos arreos de caballo, de plata maciza, que me valieron cien ducados. ¿Sois vos el arquero Aluardo? le preguntó en aquel momento un ballestero que acababa de cruzar el patio del castillo.
Tomé su mano y deposité en ella un beso. Señora dije, ha hecho usted un magno servicio al Rey esta noche. ¿En qué parte del castillo lo tienen? Al otro lado del puente levadizo dijo bajando la voz, hay una maciza puerta, y tras ella queda... ¿Oye usted? ¿Qué ruido es ese? Se oían pasos fuera del cenador. ¡Están ahí! ¡Han anticipado su venida! ¡Dios mío, Dios mío! exclamó, pálida como un cadáver.
Pobre, obscuro, sin protector, sin recomendaciones, entró en Roma, donde hoy dos regios templos, ricos en pinturas y en mármoles y jaspes, conmemoran sus grandes servicios á la Iglesia; donde su imagen está esculpida en plata maciza; donde sus huesos, en una urna cubierta de joyas, se ven colocados ante el altar de Dios.
Pero... ¡huir de Ventura! ¡Huir de aquella imagen radiante de felicidad! ¡No escuchar más su voz que causaba en el alma delicias incomprensibles! ¡No sentir el dulce contacto de su mano fresca y maciza como un botón de rosa! ¡Alejarse de sus ojos brillantes y risueños y magnéticos!... ¡Oh, no! Sentía la frente bañada en sudor.
Sobre la mesa ardía una lámpara de bronce colgada del techo. Los aparadores casi tocaban en él y eran también de roble tallado; las sillas de roble igualmente; todo de roble. Esta madera dura, maciza y adusta, parecía el símbolo de aquella respetable familia.
¡Ay dijo a esta sazón el jadraque , si han de ver mis ojos, antes que se cierren, libre esta tierra destas espinas y malezas que la oprimen! ¡Ay, cuándo llegará el tiempo que tiene profetizado un abuelo mío, famoso en la astrología, donde se verá España de todas partes entera y maciza en la religión cristiana, que ella sola es el rincón del mundo donde está recogida y venerada la verdadera verdad de Cristo!
Abismado en ellas estaba hacía largo rato, sentado junto al bufete, los codos sobre él y en la derecha mano apoyada la mejilla, cuando sintió cerca ruido. Alzó los ojos y vio a su lado a la entrometida Antoñona, que había penetrado como una sombra, aunque tan maciza, y que le miraba con atención y con cierta mezcla de piedad y de rabia.
Palabra del Dia
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