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Actualizado: 22 de julio de 2025
Viéronse muelles con puente agolpada en sus bordes; edificios altos; arranques de calles que se perdían en lontananza entre una doble fila de árboles y faroles; luces movibles de tranvías y automóviles. Algunos pasajeros se agitaban de un lado a otro de la cubierta, como si les faltase el tiempo para desembarcar. ¡Ya estamos!... ¡Ya hemos llegado!
Así el guardian que vela sobre el hombre Si vé en su frente el polvo sombrear, Tendiendo el ala, cual la seda blanda, Quiere la mancha de su sien borrar. Aquellos versos fueron líneas truncas Que en arenas movibles escribí, Al borde del torrente de la vida, Y que borradas por un soplo ví.
El cristal que separaba el agua de la atmósfera tenía un espesor de millones de leguas: era un obstáculo insuperable entre dos mundos que no se conocen. Recordaba el marino la imperfecta visión de los habitantes oceánicos. A pesar de sus ojos abultados y movibles, que les permiten ver delante y detrás de ellos, su potencia visual sólo abarcaba cortas distancias.
Tal es el mundo ilusorio. Si sois aficionados á soñar, si soñando despiertos os complacéis en seguir la movible improvisación y el jugueteo de las nubes, id al Norte; allí veréis el espectáculo real y no menos fugitivo en la flota de los hielos movibles. En el camino que debe seguirse para llegar hasta ellos, presentan ese espectáculo, imitando todos los géneros de arquitectura conocidos.
En el fondo de la iglesia, frente al altar, había una gran reja que se alzaba desde el suelo al techo; tras esta reja percibíanse vagas claridades movibles y un murmullo sordo, de cuyo conjunto se destacaba de rato en rato una tos o una sílaba que repetían los ecos de la bóveda.
Siguió escuchando Ojeda a su amigo, pero con cierta distracción, volviendo la cabeza siempre que notaba el paso de alguien por detrás de él. La cubierta estaba totalmente ocupada por los pasajeros: unos, en grupos movibles; otros, sentados a la redonda en los sillones, obstruyendo el paso. Todos estaban arriba... menos ella. Ansiaba verla Fernando y tenía miedo al mismo tiempo.
Los dos marinos sentían en la cara y en las manos la misma sensación que si cayesen á través de la obscuridad ortigas heladas. Por dos veces anclaron cerca de la isla de Tenedos, viendo los movibles archipiélagos de los acorazados con velos flotantes de humo. Llegaba á sus oídos, como un trueno incesante, el eco de los cañones que rugían á la entrada de los Dardanelos.
El cosquilleo le molestaba mucho y también la visión calenturienta de millares de puntos luminosos o de tenues rayos metálicos, movibles, fugaces, imágenes de los malditos y nunca bien execrados pelos que conservaba la enferma retina.
El piso húmedo, untado de una especie de jabón negro, era resbaladizo; pero ella se sostenía bien, y en caso de apuro se colgaba del protector brazo de su padrino. El ruido era infernal. Subían los carros de la carne con las movibles cortinas de cuero chorreando sangre, y su enorme pesadez estremecía el suelo. Los carreteros apaleaban a las mulas.
Este desfile de suntuosidad abrumadora, corriente de movibles patíbulos con rostros cadavéricos y vestiduras deslumbrantes, prolongábase toda la noche, frívolo, alegre y teatral. En vano lanzaban los cobres sus gemidos de muerte, llorando la más ruidosa de las injusticias, la muerte infamante de un Dios. La Naturaleza no se conmovía, uniéndose a este dolor tradicional.
Palabra del Dia
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