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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Moriste, y en tu lecho de agonía Perdió la patria un lauro divinal Con que adornar su hermosa cabellera En los benditos dias de la paz; Perdió el pueblo la luz que lo guiaría En medio de la negra tempestad, Y lo llevase al linde del camino Que el dedo del Señor marcando está.
Escribió Palomino que «en el año de 1656 mandó S. M. a D. Diego Velázquez llevase a San Lorenzo el Real cuarenta y una pinturas originales, parte de ellas de la almoneda del Rey de Inglaterra, Carlos Estuardo, primero de este nombre; otras que trajo Velázquez y otras que dio a S. M. D. García de Avellaneda y Haro, Conde de Castrillo, que había sido Virrey de Nápoles, y a la sazón era presidente del Consejo de Castilla; de las cuales hizo Velázquez una descripción y Memoria, en que da noticia de sus calidades, historias y autores, y de los sitios donde quedaron colocadas, para manifestarla a.
Susana, sabedora de lo que ocurría, movida del cariño y conocedora del terreno que pisaba, regaló a una monja que hacía de pasanta una crucecita de plata, rogándole que a cambio del obsequio, llevase a Valeria un regalito, consistente en un huevo de marfil, dentro del cual había un rosario.
Y apesar de eso, no cambio mis colores por los de ninguna de esas señoritas tísicas que van al Prado en carretela...» El hijo del brigadier asentía incondicionalmente a estas atrevidas proposiciones; quizá las llevase en su pensamiento más allá que la misma interesada.
Y hoy, sin saber por qué, vuelvo a soñarlo otra vez... Pero no añadió con voz profunda al cabo de una pausa, frunciendo fuertemente su frente pálida, mejor sería que la barca me llevase a alguna gruta oscura entre peñascos inaccesibles y me volcase allí y me sepultase en sus aguas negras, para que nunca más se volviese a saber de mí... Así concluiría de una vez de padecer...
Por estas razones en la Fábrica se hacía política pesimista y se anunciaba y deseaba que al Gobierno «se lo llevase Judas». Dos cosas sobre todo alteraban la bilis de las cigarreras: el incremento del partido carlista y los ataques a la Virgen y a los Santos.
Así debían ser las grandes alegrías de los esquimales, encogidos en su vivienda apestosa durante el invierno, mientras afuera sopla el huracán y cae la nieve. Aspiró el humo de su cigarro, llamó a un camarero para que se llevase el servicio de té, que le molestaba con sus incesantes tintineos, y buscó en los papeles el pliego interrumpido. ¿Qué estaba yo escribiendo?...
Apenas hay necesidad de preguntarlo, porque en medio de ese páramo, el Sotillo viene a ser un jardincito abrigado y delicioso... Y a propósito, ¿cuándo me llevas al Sotillo? Hacía ya algún tiempo que Núñez le venía instando para que le llevase a ver la posesión de su futuro cuñado, de la cual se hacían lenguas en Madrid.
Abrióme la puerta un criado conocido, a quien rogué me llevase a presencia de mi antigua ama la Sra. Condesa. Mientras atravesábamos el patio, buscaba afanosamente algún objeto que me indicase la proximidad de Inés. Como olfatea el perro el rastro de su amo, así aspiraba yo las emanaciones de la casa buscando el aire que había sido aliento de aquella naturaleza querida.
Iba a llamar al Nacional para darle orden de que se llevase la bestia, cuando oyó a sus espaldas una voz conocida, una voz que no adivinó de quién era, pero que le hizo volverse rápidamente. Güenas tardes, señó Juan... ¡Vamo a aplaudí la verdá!
Palabra del Dia
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