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Actualizado: 3 de julio de 2025
Su pobreza no les permitía ser caballistas como otros que cabalgaban en pelotón, llevando en la grupa de sus fuertes jacas dos fardos enormes de tabaco y en la perilla de la montura la escopeta repleta de postas para pasar a la brava el contrabando.
Entre tanto, Dolores, llevando a su niño dormido en un brazo, había puesto con la mano que le quedaba libre, la mesa y colocado en medio las batatas, y distribuido a cada cual su parte. En su propio plato comían los niños; y Stein observó que Dolores ni aún probaba el manjar que con tanto esmero había confeccionado. Usted no come, Dolores le dijo.
»Una idea tan sólo nos preocupaba llevando cierta intranquilidad a nuestro ánimo: la de que hubiese vuelto el doctor y al preguntar por nosotros se hubiera descubierto la escapatoria... Nos habíamos entretenido unas dos horas en casa del jardinero; por lo tanto hacía más de tres que faltábamos de la nuestra.
Cuentan que en un pueblecito de Andalucía se sacó una procesión de penitencia, en la que muchos devotos salieron vestidos con túnica nazarena y llevando al hombro una pesada cruz de madera.
La Esperanza le mira con angustia; la Fuerza echa a reir; tiembla el Progreso; la Paz suspira; la Igualdad en tanto lanza una maldición; se oye el lamento que exhala la Honradez en las bohardillas; pugna el Trabajo por romper los hierros de su cadena vil; se ve en el lodo como un gusano revolcarse al Pueblo que tiene, harto de yugo y de miseria, fiebre de dinamita en el cerebro... y en su carrera de onzas, coronado con diadema imperial, llevando un cetro macizo de brillantes y rubíes, como un César o un Dios, pasa el Dinero. ......................................... El Filósofo piensa: "¿Es algo? ¡Nada! ¿Qué es lo que significas, Año Nuevo, entre la Eternidad?" ¡No eres ni el átomo que el aire mece!
Recuerdo que en momento de llegar a Consuelo, en las circunstancias que dentro de poco diré, hablábamos de Viena y ella me contaba alguna de las anécdotas características de la princesa de Metternich... Luego seguía la marcha el ministro inglés, plácido, tranquilo, culto y resignado, llevando a little Georgy en los brazos.
Había circulado por el campo la noticia de que aquella tarde, al anochecer, sería la gran revolución, y ellos acudían exasperados por las miserias y persecuciones de la huelga, llevando en la faja una pistola vieja, las hoces, las navajas o las terribles podaderas, que de un solo revés podían hacer saltar una cabeza.
Más de una vez aquellas valerosas mujeres se expusieron al fuego, penetrando en los sitios de mayor peligro, y llevando sus alcarrazas a los artilleros del centro.
Sus ojos chispearon y clavando en el monstruo una mirada irritada le dijo: ¿Sabes que me está apeteciendo agarrarte por las piernas y batirte la cabeza contra ese árbol? ¡Prueba á hacerlo! replicó el minero llevando la mano al bolsillo. No lo hago porque siendo malo como eres tendría que pagarte por bueno... Sé que has hablado con Demetria ayer.
Luego, de allá, del fondo de la memoria, surgía la figura de un semigaucho, que con reminiscencias de vidalitas, ofrecía su mazamorra batida, y tras él un negro pastelero, que silbaba y muy echado para atrás, muy ventrudo, llevando en la cabeza un gran cajón de factura, soplaba como un fuelle: "ta tapao; meté la mano".
Palabra del Dia
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