Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de junio de 2025
¡Ah, mi Dios! replicó la pobre mujer, vertiendo lágrimas... pues bien, ¿qué es lo que queréis? decid, ¿qué exige?... ¿que despida al señor de Lerne, que no le vea más?... ¿que le sacrifique esta amistad, y cuantas pueda tener en adelante?
Como había acalorado un poco su imaginación sobre el culto secreto que le consagraba el joven, no dejó de parece ríe al principio que aquel culto era por demás discreto. El señor de Lerne apenas le dirigía la palabra, y se consagraba exclusivamente a su vecina de la derecha.
Sí, tenéis todos los gustos que pueden detener a un hombre en su casa... y vivís... en el círculo... ¡Dios, mío! ¡Vaya! dijo el señor de Lerne. Señor Jacobo replicó Juana, cuyo abanico se agitó violentamente. ¿Señora? ¿Os voy a parecer muy indiscreta? ¡Soy tan indulgente!... Vuestra madre desea veros casado. Me lo figuro, señora. ¿Y vos no lo queréis? No, señora, absolutamente.
Oyendo abrir la puerta, dejó repentinamente de tocar; era un sirviente. ¿Recibe la señora condesa? Sí, ¿quién está ahí? El señor conde de Lerne, señora. Hacedle entrar. Alzó a su hijo y le dio un beso, en seguida, sentose gravemente en un sillón teniéndolo en sus brazos como las madonas tienen a su bambino.
Después de la comida, una parte de los convidados pasó a la pieza de fumar; el señor de Lerne les seguía, cuando su madre le detuvo. Jacobo díjole , toca tu último vals a la señora de Maurescamp antes que lleguen los demás convidados; no te lo ha oído, y estoy segura de que le gustará. Os pido que lo hagáis, señor dijo Juana. El señor de Lerne saludó y sentose al piano.
Sentía rebosar en su pecho los sentimientos de despecho, celos, y odio que se condensaban hacía tanto tiempo contra su mujer y contra Jacobo de Lerne, y resolvió poner término a sus relaciones, vengándose a un mismo tiempo de ambos. Era hábil en el manejo de la, espada, y aunque bravo por naturaleza, no se sentía con humor de despreciar aquella ventaja.
Pienso, pues, que la señora puede estar tranquila. Entonces dijo Juana después de una pausa , ¿usted cree que va a dar muerte al señor de Lerne? ¡Oh, matarle! espero que no... pero indudablemente le herirá o le desarmará, lo que es más probable, sobre todo si la querella no es muy seria.
Jacobo de Lerne, al entrar, contempló aquel cuadro de santidad, que hubiera podido hacerle creer, al menos así se lo figuraba Juana, que las circunstancias eran más serias e importantes que lo que podría haberse imaginado. Sin embargo, pareció que no se había sorprendido, ni mostrose contrariado; púsose a acariciar a Roberto, cual si no lo hubiese llevado otro objeto.
Después de esto, vuestra posición respecto del señor de Lerne después de vuestro duelo, os impone ciertas atenciones particulares. Es justo; pero, ¿cómo tener valor para alejarme? A propósito interrumpió la señora de Maurescamp . ¿Cuál ha sido el motivo de este duelo? ¿Puede saberse? ¡Oh! nada, habladurías. ¿Habladurías? ¿Qué habladurías? Una palabra hiriente que me refirieron.
Ese género de amistades reparadoras, que son el sueño de tantas mujeres mal casadas, o cuando menos de las mejor casadas, necesitan indudablemente para conservarse puras, de caracteres excepcionales, y también de ciertas circunstancias como las que habían ligado a Juana de Maurescamp con el señor de Lerne.
Palabra del Dia
Otros Mirando