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Actualizado: 27 de junio de 2025


Calculó, por último, por el aire algo misterioso que tenían las desconocidas, por cierta inquietud que había creído notar en ellas, que la noche que estuvieron en los Jardines habían venido sin previa licencia del marido, improvisando aquella excursión en un momento en que él faltaba de casa, salva la prudente lealtad de decírselo luego para que aprobase y legitimase el hecho consumado.

Otro fragmento de las Partes extravagantes, de que hablamos, existe, al parecer, en los dos tomos siguientes de comedias atribuídas á Lope, también de la biblioteca del duque de Osuna. Tomo CXXXII, que contiene: En la mayor lealtad mayor agravio y Favores del cielo en Portugal: representóla Christóval de Avendaño.

Lo único que sostenía era que el tal Juanito Santa Cruz era el único hombre a quien había querido de verdad, y que le amaba siempre. ¿Por qué decir otra cosa? Reconociendo el otro con caballeresca lealtad que esta consecuencia era laudable, sentía en su alma punzada de celos, que trastornaba por un instante sus planes de redención.

La situación era tan crítica que Sarto y Tarlein no me bastaban para dominarla, pues ambos tenían que acompañarme a Zenda y necesitaba una persona segura que velase por lo que yo amaba más en el mundo y me permitiese dedicarme con ánimo tranquilo a la empresa de libertar al Rey. El General me recibió con afectuosa lealtad.

¿Vuestra majestad me despide de su servicio? dijo, sobreponiendo su orgullo á su turbación, la camarera mayor. Creo, Dios me perdone, que os atrevéis á reconvenirme porque os reprendo. Yo... señora... Me he cansado ya de sufrir, y empiezo á mandar. Continuaréis en mi servicio, pero para obedecerme, ¿lo entendéis? Señora... mi lealtad...

Lo único que le interesaba en aquellos momentos era cierta rodilla que buscaba la suya por debajo de la mesa, transmitiéndole su dulce calor á través de un doble telón de sedas. Pero Francia siguió quejumbrosamente el industrial se muestra arisca con nosotros. Hace años que nuestro emperador le tiende la mano con noble lealtad, y ella finge no verla... Eso reconocerá usted que no es correcto.

Veamos, ¿por qué no has bailado con ella esta noche? Has pasado el tiempo vagando como un marido, de puerta en puerta, para concluir por refugiarte aquí. Esto es absurdo, permíteme que te lo diga. No, Jaime, procedo con lealtad.

Vivía así en contacto con la llama que me abrasaba, al abrigo de las sensaciones más abrasadoras, envuelto, por decir así, en un ropaje de inocencia y de lealtad que la hacía invulnerable a los ardores que de partían como a las sospechas que de la sociedad podían emanar.

La abuela se esforzó en vano por establecer que la respetabilidad personal, las cualidades del joven, su sinceridad y su lealtad evidente eran dignas de otra acogida. Ni el señor de Brenay ni su mujer quisieron conceder nada, y Petra, herida en su amor propio, no consintió tampoco en deponer su cólera.

Yo quiero que me digas con lealtad qué harías, qué harías en este trance. Pero cierra ya esa boca; basta ya de asombro y contéstame». Pues yo... ¿qué haría? Echar mano al bolsillo, darle cuatro o cinco duros, y marcharme a mi casa. Esa fue mi primera idea. Pero ciertas deudas, señora mía dijo Santa Cruz triunfante , no se saldan con cuatro ni con cinco duros.

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