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Actualizado: 26 de junio de 2025


Vendrán días malos, y él me servirá... Me quedan veinte reales, de los cuales habré de dar parte a la niña, que está pereciendo, y lo demás para comer hoy, y... Tendré que decirle a la señora que su pariente no me ha dado más que el libro de cuentas, con el cual y el lápiz pondremos un puchero que será muy rico... caldo de números y substancia de imprenta... ¡qué risa!... En fin, para las mentiras que he de decirla a Doña Paca, Dios me iluminará, como siempre, y vamos tirando.

Mientras tanto Octavio separaba un lápiz de oro que pendía como dije de la cadena de su reloj, y volviendo un cartón del revés escribió estas palabras: «Adiós, dueño mío; voy á pensar en ti». Después presentó el cartón á su novia. La niña se rió, y pidiéndole el lápiz comenzó á borrar lenta y cuidadosamente lo escrito.

Cuando don Modesto, aturdido por los gritos de la disputa que hemos referido, vio que las carcajadas sucedían a la explosión de cólera, gracias a la fea y ridícula figura de Momo, de quien sólo el lápiz de Cruikshank, el célebre dibujante inglés de caricaturas, podría dar cabal idea, aprovechó aquella ocasión para escurrirse, sin ser sentido, de aquel campo de batalla.

Eraso, ve usted esta línea? Como no recibiera contestación volvió a decir: ¿Ve usted esta línea? Pues las fuerzas de usted no me han de pasar de esta línea... aquí. Alzando entonces los ojos vio a su hermano, y fue tal su sorpresa que se le cayó el lápiz de la mano y estuvo como lelo bastante tiempo. ¿Ya estás aquí otra vez? dijo con ahogada voz. Parecía tener miedo.

Su admirable cuerpo se modeló como una estatua viva bajo la colcha de seda, mientras él conservando en la mano el lápiz y el papel, dijo con profunda amargura, sin sentirse atraído por el cariño y la belleza: Estamos perdidos: ¡hay que quitar el coche! Damián y su mujer Casilda, él de cuarenta y cinco, y ella de algunos menos, tenían en el barrio fama de ricos, y sobre todo de roñosos.

Este se presenta en la casa con un rollo de telas, hace su correspondiente cortesía al neófito, le da la enhorabuena y el que sea para mucha felicidad del pueblo, se sonríen ambos, y acto seguido el maestro tira de regla, de jabón y de lápiz y cubica, mide y estira al pobre munícipe que empieza á sudar al solo olor del reluciente paño que ha de convertirse en los faldones de un frac.

Cuando todavía el pensamiento seguía dictando a borbotones, tuvo la mano que renunciar a seguirle, porque el lápiz ya no podía escribir; los ojos de Ana no veían las letras ni el papel, estaban llenos de lágrimas. Sentía latigazos en las sienes, y en la garganta mano de hierro que apretaba.

Esta, apoyada sobre el hombro de su futuro hermano, seguía los movimientos del lápiz. Poco a poco se iba esparciendo por su rostro una sonrisa vanidosa. Después de trazar la cabeza, Gonzalo siguió con el busto. Le puso el peinador o matinée que la niña vestía, y se entretuvo buen rato a dibujar minuciosamente los lazos de seda con que se sujetaba por delante. Cuando el retrato estuvo terminado.

Entonces dio al lacayo unas señas que estaban apuntadas con lápiz, las últimas, de su letra misma. Calle de Rebollo, número 68... Hotel... ¿Quién vive allí? preguntó Margarita. Pues no ... Es una francesa que pinta... Con tal que le saquemos algún cuadrito... ¿Sabe usted que esto es muy divertido?...

Gracias a las advertencias de Gabriela que me pusieron en guardia contra los caprichos del niño, Pepillo fué siempre dócil y cariñoso conmigo. Todas las mañanas iba al escritorio, me pedía lápiz y papel, y se pasaba las horas pintando monos y casitas.

Palabra del Dia

lanterna

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