Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de julio de 2025
Yo podría puntiaros esa tierra, maese Marner dijo el joven con traje de fustán que se había puesto al lado de Eppie y se mezcló en la conversación sin ceremonias . Será para mí una distracción, cuando haya terminado mi tarea o en cualquier otro momento perdido, cuando escasee el trabajo. Os traeré tierra del jardín del señor Cass. Me lo permitirá de buen grado.
Los dos balcones del despacho daban al jardín y, a través de los listones de las persianas caídas, se veía una pequeña estufa con plantas de flores costosas, destinadas a morir en los búcaros de un gabinete o prendidas en el pecho de una mujer bonita.
Resultará carísimo, pero la República puede permitirse este lujo, lo mismo que mantiene á los animales raros de su Jardín Zoológico. Y usted ¿qué opina de esto, ilustre amigo Momaren? El Padre de los Maestros, convencido de que para el jefe del gobierno resultaba infalible la menor de sus palabras, se limitó á decir con lentitud: Opino lo mismo.
¿Desde cuándo? ¡Desde el primer día, desde aquel encuentro en el mes de mayo, en el jardín del cura! Esa es la verdad. Pero Juan lucha y se rebela contra esta verdad. Cree que sólo ama a Bettina desde el día en que conversaban los dos alegre y amistosamente en el saloncito azul.
Pero, como ocurre siempre en las grandes solemnidades, el público no prestó atención á las explicaciones del hombre de ciencia, prefiriendo examinar directamente lo que tenía ante sus ojos. Un perfume de jardín que parecía venir de muy lejos empezó á esparcirse por el patio, haciendo olvidar los densos hedores exhalados por las torres plateadas.
El momento fue terrible cuando al sentarse a la mesa fijaron los tres sus ojos en aquel sitio vacío que otro tiempo ocupaba Magdalena. Amaury estuvo a punto de dejar que estallara de nuevo su dolor, pero haciendo un esfuerzo para dominarse se levantó y cruzando rápidamente el salón dirigiose al jardín. Poco después dijo el doctor a su sobrina: Antoñita, ve a buscar a tu hermano.
El recuerdo de la noche pasada en el tren, noche de insomnio en compañía de la imagen de Teri envuelta en su capa blanca, con las plumas ondulantes sobre el peinado y dos astros en las orejas, le hizo recordar que tenía ante él una carta sin concluir; y otra vez concentrando su mirada, se vio en el jardín de invierno del trasatlántico. Estaba solo.
¡Cómo me gustaba aquel jardín, con sus cuadros de huerta, con sus orlas de flores rodeadas de boj, con sus musgosos y viejos manzanos, sus rosales grandes como árboles y la parra y las campanillas azules que vestían la fachada de la casa! También tenía cariño a aquel destartalado caserón, en el que corrían los ratones por delante del indolente gato, que les dejaba correr.
El jardín, insensible y sordo a las tempestades revolucionarias que descargaban sobre la iglesia, seguía desarrollando entre las arcadas su belleza sombría.
Como tenía al servicio de sus resoluciones una voluntad inquebrantable, mantuvo su promesa, y a pesar del bullicio, se engolfó en una conversación técnica con el señor Aubry. Después de comer, atravesaron el jardín para ir a bailar. Juan se esquivó. Anduvo errante por las barrancas, paseando su pesadumbre a los rayos de la luna, la dulce compañera de los tristes.
Palabra del Dia
Otros Mirando