Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de junio de 2025
La cruz escueta permanecía inmóvil sobre la tierra blanca de cal. Cerca de ella aleteaban las banderas. Se movían á un lado y á otro como una cabeza que protesta, sonriendo irónicamente. ¡No!... ¡No! Siguió avanzando el automóvil. El guía señalaba ahora un grupo lejano de tumbas. Allí era indudablemente donde se había batido el regimiento.
¡Gente mala! continuaba diciendo irónicamente Valls . Son trabajadores, ahorran, viven en paz en el seno de sus familias, hasta son más católicos que los otros; pero son chuetas, y algo tendrán cuando les odian. Tienen... «algo», ¿se enteran ustedes? «algo».
Doña Inés agradeció con su mejor sonrisa, mientras proseguía el vizconde: ¡Sobre todo, que las mujeres de España cuando tienen también su poquito de sangre francesa, como mi nieta doña Inés! No seáis adulador, vizconde repuso ésta, irónicamente. Tal vez si me vierais bajo mi estatua yacente que está en la catedral de Ávila...
Pero, desgraciada, ¿de dónde quieres que saque yo ocho mil reales? Tú te figuras, por lo menos, que yo apaleo las onzas. Doña Manuela protestó. Vamos, que ocho mil reales no son una cantidad para arruinar a nadie. Además, ella prometía devolverlos a San Juan; y al ver que su hermano sonreía irónicamente, lo juró con la mano puesta en el exuberante pecho.
Estaba ahí sentado, donde tú estás. Al principio me oía irónicamente, con aquella sonrisa dolorosa que le caracteriza; pero cuando le conté lo que te voy a contar a ti, se transformó. Lloraba como un chico. No creía que tuviera el corazón tan blando. Yo mismo me conmoví. ¿Y a qué se refiere lo que me va usted a contar? Se refiere al padre y a la madre de Machín. ¿Los ha conocido usted? Sí.
Y yo me he conmovido ante el sentimiento generoso de estos dos obreros que, en vez de pensar en el exterminio de sus enemigos, quieren corregirlos, dándoles lo que ellos consideran mejor. Calló Tchernoff breves momentos para sonreir irónicamente ante el espectáculo que se ofrecía á su imaginación. En Berlín, las masas expresan su entusiasmo en forma elevada, como conviene á un pueblo superior.
¡Asaúra!... ¡Malaje!... ¡Sosa! gritaban irónicamente los amigos, jaleándola con rítmicas palmadas. Se burlaban de su pesadez, pero admiraban con ojos de deseo la gallardía de su cuerpo. Y ella, orgullosa de su arte, tomando por elogios entusiastas estos gritos incomprensibles, seguía moviendo las caderas y elevaba los brazos como asas de ánfora en torno de su cabeza, con la mirada en alto.
Quedó Febrer largo rato como adormecido por este deseo, mirando el paisaje sin verlo. Luego sonrió irónicamente, como si compadeciese su insignificancia. Recordaba el objeto de su viaje y se tenía lástima.
Se había vestido precipitadamente, parecía asustada, y antes de que Robledo la saludase, preguntó con ansiedad: ¿Le ha ocurrido alguna desgracia á Watson?... ¿Por qué viene usted á estas horas?... Sonrió Robledo irónicamente antes de contestar. Watson está bien; y si vengo á tales horas, es para hablarle de otro.
Torció el gesto Fernando al escucharla decir esto con la mirada perdida en el Océano y una voz monótona de sonámbula. ¡Bonito papel el suyo!... Y saludando irónicamente, anunció que iba a retirarse para que pensase a solas en la próxima entrevista con su esposo.
Palabra del Dia
Otros Mirando