Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de junio de 2025
No hay que decir que mi padre había clasificado a Belarmino y todos los suyos entre las personas viles. Así pasaron cerca de dos años. Un mes de septiembre, volviendo la duquesa de la aldea, me invitó a comer. Cuál no sería mi susto y perplejidad cuando vi que había otro invitado, nada menos que Su Ilustrísima el señor Obispo de la diócesis. Llamábase Fray Facundo Rodríguez Prado.
Le invitó á salir con un gesto, y más allá de la puerta continuó, bajando la voz: Ahí tenes al viejito de la estancia con un gringo de los que trabajan en las obras del río. ¿Qué hacemos?...
Después de bromear largo rato, sin dignarse mirar a su linda enemiga, pero con el pensamiento fijo en ella, atraído por el desaire pasado como por un imán, y buscando el desquite como el jugador que ha perdido, se puso de improviso otra vez frente a ella y la invitó de nuevo. El mismo resultado. Rosa dio la vuelta y se puso a bailar con otra amiga.
Tristán quedó unos momentos pensativo y luego poniéndole una mano sobre el hombro le preguntó: ¿Ha dicho usted una palabra de esto a alguien? La primera persona con quien hablo desde el suceso es usted. Pues bien, le invito, le exijo por el interés de toda la familia que guarde usted absoluto silencio sobre lo que ha visto... o cree haber visto. Lo guardaré, Tristanito, lo guardaré.
Al verle de pie, sus dos camaradas se aproximaron sonriendo á Ferragut, «¿Qué deseaban tomar?» Les invitó á sentarse en torno de su mesa; pero tenían prisa: iban á ver al consignatario de sus barcas. Ya lo sabe, capitán dijo el patrón al despedirse . Esos demonios le buscan para jugarle una mala pasada. Usted sabrá por qué... ¡Mucho ojo! En el resto de la tarde hablaron poco Ferragut y Tòni.
La preferencia de sus hermanos por el sencillo, altivo y rudo Cristián, influyó seguramente en miss Maud, pues desde que, una semana antes, llegó el Magic, fué á visitarle dos veces é invitó á Cristián y Marenval á comer en casa de su padre.
La joven conocía el país, y su compañera aprovechaba este viaje forzoso para ver lo que tantas veces había admirado en los libros. Bajaron los tres en la estación de Battipaglia para tomar el tren de Pestum. Era una espera algo larga, y el marino las invitó á entrar en el restorán, barracón de madera impregnado de un doble olor de resina y de vino.
También me invitó a que buscase entre mis amigos algún joven noble y rico que fuese digno de ella. Es verdad. Pues bien siguió diciendo Amaury; después de haber pensado maduramente en el hombre que convenía a Antoñita por su nombre y su riqueza, acabo de pedir la mano de su sobrina para... Amaury se detuvo sin aliento.
No se me ocurre nada. Más vale que olvidemos eso y sigamos como hasta ahora rindiendo culto al arte de Fidias en secreto y en los ratos de ocio. Miguel le miró en silencio y con atención algunos momentos. No es verdad. Me estás engañando y te invito a que no lo hagas. Creo tener derecho a que me hables con franqueza.
Para servir a vuecencia dijo una voz en la puerta, y al mirar, encaró Jacinta con la arrogantísima figura de Platón, quien no le pareció tan fiero como se lo habían pintado. Díjole la Delfina que deseaba hablarle, y él la invitó con toda la cortesía de que era capaz a pasar a su habitación. Ama y criada se pusieron en marcha hacia el 17, que era la vivienda de Izquierdo.
Palabra del Dia
Otros Mirando