Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de junio de 2025
Clara, viendo ya á todas horas á D. Carlos y á D. Fadrique, había penetrado la diferencia de los afectos que á ambos la ligaban, y cada día los hallaba más compatibles. El Comendador le inspiraba cada día más veneración, ternura y gratitud por su sacrificio generoso. D. Carlos le parecía cada día más agraciado, bello, enamorado, ingenioso y poeta. Pasaron así algunos meses más. Vino la primavera.
Lo que importa es hacerle saber, de un modo que no deje lugar á dudas, que todo acabó, que ya no te acuerdas de él, que lo pasado fué una falta de la que te muestras arrepentida... ¿Estamos? Pepita movió la cabeza afirmativamente, con los ojos llorosos, sin que adivinase el confesor si esta emoción era por la pena del rompimiento ó por el miedo que le inspiraba su pecado.
Apenas me ve con un hombre, cree que debo casarme con él... Casarse, ¡qué vulgaridad! ¡qué grosería!... ¿Quién piensa en eso?... Y su protesta contra el matrimonio era realmente ingenua, como si le propusiesen algo que le inspiraba escándalo y horror. El único de la familia que se mantuvo lejos de ellos en toda la mañana fue el hermano. Ojeda le era antipático: prefería a los de la banda.
Poldy había luchado, durante algunos meses, en espantosa indecisión, entre el amor que Isidoro le inspiraba y los deberes más o menos artificiales, que la ligaban a su patria, a su familia y a la alta clase a que pertenecía. Por último, el amor triunfó en el alma de Poldy, mas no para quedarse en Austria desdeñada y aborrecida de sus hermanos y parientes. No: esto era imposible.
Pero cuando hubo visto al gitano su rostro adquirió un aire que inspiraba verdadera piedad; su frente baja y rasurada, coronada de una línea de cabellos de un rubio pálido que parecían erizarse de furor. Movía a un lado y a otro sus hoscos ojos, y un temblor convulsivo agitaba sus labios y su triple barba.
El andaluz, sentado en el fondo, sonrió mirando al capitán. «¡Vaya un tío!...» Celebraba interiormente que uno de la tierra hubiese puesto en fuga á los bebedores gritones y brutales que tanto le molestaban otras tardes. Consultó Ulises su reloj: las siete y media. Ya había espantado á toda aquella gente que inspiraba terror á Freya. ¿Qué le quedaba que hacer allí?... Pagó y salió.
El aspecto de ambos grupos inspiraba compasión y fomentaba la confianza y el descuido de los corsarios. Sin duda Morsamor y Fréitas querían rendirse anhelando sólo las menos duras condiciones. No intentaban hacer uso de las armas, aunque las tenían en las manos. A fin de que las entregasen, los corsarios se dividieron, dirigiéndose a un grupo y a otro.
Entre las dos costureras, una de hierro y otra de carne, hacían los pespuntes más preciosos, largos o menudos, según fuera menester. Además de esto, Emilia, a quien inspiraba sin duda el espíritu venturoso de Elías Howe, dominaba los mecanismos auxiliares para hacer dobladillos, enjaretar, marcar y coser bastillas.
Vomitaba la vieja su ira contra él, le decía las mayores injurias, le llamaba cobarde, mandándole perseguir á su sobrina. El joven no podía resistir más el horror que le inspiraba aquella casa maldita. Miró á la devota, que permanecía aún sin movimiento, y afligido por la sin igual desventura de mujer tan infeliz, salió de la casa. #Conclusión.#
Vestida con gran magnificencia, con un triple cuello alechugado, talle bordado, bata de rico terciopelo y apoyada en un bastón de puño de oro, había salido á ver la procesión cívica. Vista en unión de Ester Prynne, á pesar del sentimiento de benevolencia con que muchos miraban á esta última, el terror que de suyo inspiraba la Sra.
Palabra del Dia
Otros Mirando