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Actualizado: 17 de junio de 2025


Y dio dos pasos hacia la puerta. Escúchame un instante insistió él deteniéndola . Sólo un instante. Tengo fortuna sobrada; mi viaje, según cree todo el mundo, se verificará esta noche. Estamos en un país libre, iremos a otro más libre aún. En los Estados Unidos nadie le pregunta a nadie de dónde viene, ni adónde va, ni quién es, ni qué hace. Nos vamos juntos. La vida juntos ¿oyes? la vida.

¡Convenido! ¿Y por qué no usan ustedes o no aceptan mis cristales? insistió Melchor, riéndose cariñosamente. Porque este café, visto al través de cualquier cristal rosado, seguirá viéndose negro. Pues se toma un cristal de un rosado más subido y... ¡ya está! Yo tengo una colección de cristales en el bolsillo, y en cada caso, ¡zas! saco el que me conviene. ¡Es una suerte! dijo Ricardo.

Y doña Clara pronunció la palabra «cocinero mayor» de una manera singular, en que había mucho de repugnancia propia. Pero se parece al gran duque de Osuna insistió sonriendo la reina , sobre todo cuando se entusiasma. Pues peor, señora, peor. ¡Oh! ¡Peor! , por cierto.

¡Basta! deja esa luz ahí, vete interrumpió la Regenta. Petra insistió gozándose en la disimulada cólera de su ama. ¿Quiere usted, que traiga árnica, señora? Mire usted, tiene el brazo amoratado... ya lo creo... apenas mordería con fuerza ese demonio de guillotina... pero, ¿qué será eso? ¿usted lo sabe? Yo... no... no; déjame. Tráeme un poco de agua.

Así no corres el peligro de que tu amigo se entere y te los haga sacar del Banco, convenciéndote a fuerza de besos o de bofetadas... Toma siempre dinero; no aceptes acciones ni papelotes de ninguna clase. En esto último insistió mucho la veterana, como si aún estuviera latente en su memoria algún recuerdo penoso.

¿Qué generosidad era aquella?... El alemán insistió en su negativa. La boca enorme se dilataba con una sonrisa amable; sus manazas se posaron en los hombros de don Marcelo.

Roberto Vérod guardaba silencio, inclinada sobre el pecho la cabeza. Pero volvamos a lo que urge por el momento; ¿no me ha dicho usted que la vio la víspera de su muerte? , por la tarde. ¿En su casa? . ¿Qué le dijo usted?... ¿La habló usted de su amor? Viendo que Vérod vacilaba en contestar, el magistrado insistió: Es necesario, repito, que usted sea sincero.

Pero ya su vejez y la indisoluble sociedad moral con Doña Paca la imposibilitaban para el comercio. Insistió la buena mujer en abandonar la grata tertulia, y cuando se levantó para despedirse cayósele el lápiz que le había dado D. Carlos, y al intentar recogerlo del suelo, cayósele también la agenda.

¿Pero cómo? insistió Baldomero, ¿van a comer sin vino? Sin vino y con poca agua repuso Melchor, con la menos posible. ¡Qué! ¿Que el agua les hace mal? Comiendo, , como a cualquiera, Baldomero. ¡Hoy nos vamos a enfermar todos, entonces exclamó Baldomero, riéndose. ¿No sienten?... Está lloviendo... Llueve efectivamente, ¡qué chasco! dijo Ricardo.

Tenía razón Neluco, y así se lo confesé con la mayor frescura. ¡Ah, pues si él hubiera sabido hasta dónde llegaba mi ignorancia en esos particulares!... ¡que toda mi erudición bibliográfica española cabía holgadamente en un papel de cigarro! Fuera de los escritores de Madrid, no conocía uno solo, ni de nombre. Por fortuna, no insistió Neluco en el tema; que si insiste, canto de plano.

Palabra del Dia

rigoleto

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