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Actualizado: 13 de mayo de 2025


En las butacas á donde parece que temen bajar las señoras tan no se ve á ninguna reina un murmullo de voces, de risas reprimidas, entre nubes de humo... Discuten el mérito de las artistas, hablan de escándalos, si S. E. ha reñido con los frailes, si la presencia del General en semejante espectáculo es una provocacion ó sencillamente una curiosidad; otros no piensan en estas cosas, sino en cautivar las miradas de las señoras adoptando posturas más ó menos interesantes, más ó menos estatuarias, haciendo jugar los anillos de brillantes, sobre todo cuando se creen observados por insistentes gemelos; otros dirigen respetuosos saludos á tal señora ó señorita bajando la cabeza con mucha gravedad, mientras le susurran al vecino: ¡Qué ridícula es! ¡qué cargante!

Sintiose el joven particularmente cautivado por aquella mirada, donde adivinaba cierta misteriosa simpatía; no sólo su amor propio se sintió halagado por las insistentes miradas de la joven, sino que experimentó un sentimiento de atracción, que le arrastraba hacia ella. Contentose, al principio, con decir para : ¡Qué niña tan bonita!

En el tercer acto, un personaje decía: Para conquistar a Orduña, aunque con gente bisoña, no faltó al Señor de Oña sino el negro de una uña. Insistentes aplausos obligaron a recitar media docena de veces la anterior cuarteta, y después requirieron al autor que saliese al proscenio.

Estrechaba efusivamente las manos tendidas hacia ella, y luego se limpiaba el sudor de su frente, diciendo con voz lánguida: Voy á morir. La emoción... la fiebre del arte... Me han matado ustedes al obligarme con sus ruegos insistentes á recitar mis versos. Miró á un lado y á otro como si buscase á Robledo, y al descubrirle, fué hacia él. Déme su brazo, héroe, y pasemos al buffet.

Teniendo en cuenta el carácter de la difunta, había que creer, por el contrario, que la resurrección del amor del Príncipe y sus insistentes ruegos hubieran aumentado su turbación, extremado su angustia, reforzado sus escrúpulos, multiplicado los dolores y dificultades entre los cuales se agitaba la infeliz.

Felicitaciones, apretones de manos, palmaditas protectoras al novio, miradas insistentes, lascivas, anatómicas para la novia, por parte de ellos; por parte de ellas, análisis del traje, del aderezo, cálculo del vigor, de la salud, etc. ¡Psíquis y Cupido presentándose en el Olimpo! pensó Ben Zayb y se grabó la comparacion en la mente para soltarla en mejor ocasion.

Los vecinos de Tiaong son muy insistentes en sus propósitos, siendo muy apropiado el calificativo de cavilosos, con que los define el indio de Tayabas.

Los saludos, ademas, no eran ya profundos como antes; notaba miradas insistentes, y hasta displicencia; y él contestaba con afabilidad y hasta ensayaba sonrisas. ¡Se conoce que el sol está en su ocaso! observó el P. Irene al oido de Ben Zayb; ¡muchos le miran ya frente á frente! ¡Carambas con el cura! precisamente iba él á decir eso.

De pronto, como si experimentase la necesidad de ser protegido, huía y se pegaba a las faldas de su madre, que, atenta a la conversación, no hacía caso de sus llamamientos insistentes. Cansado de pasar inadvertido, atraíale otra vez la gritería de los muchachos, volviendo lentamente hacia ellos.

Tras no pocas insistentes preguntas y no menos vagas respuestas que mediaron, mientras tomamos chocolate, vine á perder la esperanza de lograr mi deseo. Pasaron algunos días y una tarde en que con mi amigo respiraba la fresca brisa, sentados en la espaciosa azotea de su casa, pasó por la calle una procesión en la que todos los alumbrantes eran muy viejos.

Palabra del Dia

commiserit

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