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Actualizado: 14 de junio de 2025
Bien se adivinaba en la arruga vertical hinchada entre sus cejas el propósito firme de hacer polvo al autor de su ruina. Barret se enfurecía cada vez más con el mozo. Llegó á llamarle ladrón porque se negaba á devolverle su arma. No tenía amigos; todos eran unos ingratos, iguales al avaro don Salvador. No quería dormir allí: se ahogaba.
La caprichosa ilusión, que agranda las cosas cuando las perdemos y nos las hace amar con nuevos amores, borrando los recuerdos ingratos. Después del almuerzo, Maltrana desapareció con aire misterioso. Había hablado a su amigo de cierta expedición a la parte más interesante del buque: una visita que muy pocos conseguían hacer.
Luego, la esposa de Gallardo se revolvía furiosa contra el público en sus cartas. Una muchedumbre de ingratos, que ya no se acordaban de lo que el torero había hecho en otras ocasiones, cuando se sentía más fuerte. Gentes de mala alma, que deseaban para su diversión verle muerto, como si ella no existiese, como si no tuviera madre. «Juan, la mamita y yo te lo pedimos.
Los hombres se muestran ingratos si logran su deseo desde el primer momento; abusan de la bondad de la mujer y olvidan luego sus compromisos. Sonrió con una expresión prometedora, y dijo en voz queda, entornando sus párpados: Pero así que lleguemos á París... Sintióse conmovido Moreno por el gesto con que acompañaba Elena tales palabras.
Merchán se enoje, tiene España razón para llamar ingratos á sus rebeldes hijos de Cuba. ¿Qué habrá quitado España para enriquecerse á Maceo, á Máximo Gómez ó á Quintín Banderas? En cuanto á los fraudes y depredaciones de nuestros empleados, no poco hay también que objetar. Mucho crédito, por ejemplo, merece D. Eduardo Dolz; pero ¿acaso no puede equivocarse ó exagerar involuntariamente?
Entre doña Camila y don Carlos habían ajado las rosas de su rostro; aquella turgencia y expansión de formas que al amante del aya le arrancaban chispas de los ojos, habían contenido su crecimiento; Anita iba a transformarse en mujer cuando parecía muy lejos aún de esta crisis; estaba delgada, pálida, débil; sus quince años eran ingratos: a los diez tenía las apariencias de los trece, y a los quince representaba dos menos.
«También usted me insulta, señor Director dijo oprimiéndose el pecho, y con la entonación y los ademanes de un cómico mediano . No puedo más, no puedo más... ¡Adiós, adiós, ingratos!». Y salió escapado.
Pero si los hombres son ingratos con los mártires, el Omnipotente al menos se les declara propicio, y armado con todos sus horrores y prodigios, atestigua por ellos, conturbando á los jactanciosos dominadores.
Parécenos, al leerlas, que los materiales más ingratos de las producciones más detestables de la época anterior, forman una olla podrida, llena, además, con las propias y estúpidas invenciones de los poetas modernos, y que de todo se hace una mezcla destinada á nuestro servicio.
Después que bajó el telón permanecimos en el mismo sitio y me obligó a contarle mi vida y milagros, cuántas novias había tenido, a quién había querido más, etc., etc. Ya comprenderá usted que necesité ensartar un sin fin de patrañas. Después, sin motivo alguno serio, manifestó rotundamente que todos los hombres eran ingratos.
Palabra del Dia
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