Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 5 de mayo de 2025


Bien, bien; concluyamos pronto dijo Clementina con voz irritada . Está en los salones. Es necesario que vayas a allá y la notifiques que haga el favor de salir, del modo que mejor te parezca.... ¡Pero pronto! antes que lo perciba la gente ... y sobre todo, mamá.... No, chica; yo no voy.... Me conozco bien y que no podría contener mi indignación.

Mezclándose en elecciones y galleando en toda la contornada, el valentón había conquistado este cargo, que le daba cierto aire de autoridad y consolidaba su prestigio entre los convecinos, los cuales le mimaban y le convidaban en días de riego para tenerle propicio. Batiste estaba asombrado por la injusta denuncia. Su palidez era de indignación.

M. Roger está relacionado con la juventud literata de Buenos Aires, y mira, con la indignación de un corazón joven y francés, los actos de inmoralidad, la subversión de todo principio de justicia y la esclavitud de un pueblo que estima altamente.

El banderillero acabó por marcharse, huyendo de la señora Angustias, que, a impulsos de la indignación, mostraba la misma ligereza de lengua de los tiempos en que trabajaba en la Fábrica de Tabacos. Proponíase no volver más a la casa de su maestro. Encontraba a Gallardo en la calle.

¡Escuchad, señor cura; vuestras explicaciones no son muy claras, y hay tanta vaguedad en mis ideas!... Todo esto es tan extraño continué como soñando. Por último, explicadme ¿por qué el amor excita vuestra indignación? Basta, Reina dijo el cura fuera de . Tienes un modo de formular las preguntas que es imposible responderte.

A la vieja le fué antipática por sus ademanes varoniles, por la mirada altiva con que la midió de pies á cabeza y por su voz áspera. Buena mujer, si es para pedir un socorro á la señora, venga otro día. La señora no está. Balbuceó la vieja de indignación.

Aquellos elogios brutales, que más parecían dichos en son de menosprecio, despertaron en profunda indignación, y dije, sonriendo rabiosamente: Le falta a usted lo mejor. ¿Qué? Que tiene cien mil duros de dote. El sarcasmo no le hizo efecto alguno. ¡Ezo e! Y, además, se encuentra uno con el inconveniente de los cien mil duros. ¡Diga usté ahora que este zeñó no es zabio que Víctor Hugo!

La compasion por el castigado inspira el perdon de todo criminal; la indignacion inspirada por las víctimas del crímen, induce á la aplicacion del castigo: ambos sentimientos encierran algo bueno: mas el uno podria engendrar la impunidad, el otro la crueldad; para temperarlos existen las ideas de justicia.

Afligido Lebrija con esta accion del inquisidor Deza i temeroso de caer en desgracia de los Reyes Católicos, dirigió al arzobispo de Toledo don frai Francisco Ximenez de Cisneros una breve i elocuentisima Apología contra las acusaciones de sus enemigos, en la cual sin acertar á contenerse prorrumpió en estas voces de dolor é indignacion: «¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? ¿Qué tiránica dominacion es esta que tanto oprime los ingenios? ¿No basta, no, que yo cautive mi entendimiento en obsequio de la fe, sino que en materias en que se puede hablar sin ofensa de la piedad cristiana no me es permitido publicar lo que estoi viendo por mis mismos ojos mas claro que la luz de mediodia? ¿Qué digo yo publicar; pero ni aun pensarlo, cuanto mas escribirlo á puerta cerrada i por solo? ¡Terrible cosa es quererme obligar á que yo mismo crea que ignoro lo que me consta con la mayor evidencia i por razones demostrativas, no por conjeturas ó argumentos probables! ¡No puede llegar á mas la esclavitud! »

Y al salir hizo un gesto tan irreverente ante las barbas venerables de D. José de Relimpio, que este, furioso ya por oírse llamar Pepillo, no pudo contener su indignación, y cuando el ser humano estuvo fuera, exclamó: «¡Canalla!... ¿Pero es posible, hija, que , , aceptes?... Provisionalmente dijo Isidora, como si despertara de un desagradable sueño . ¡Estoy tan mal...! Necesito...».

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando