Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de mayo de 2025
Entonces, los gritos de los españoles agarrotados en medio de aquel horno, fueron tan atroces que los piratas, como a pesar suyo, lanzaron aullidos salvajes para ahogar la voz desgarradora de aquellos infortunados. El incendio estaba entonces en toda su fuerza.
Si la iglesia, de una sola nave, formando cruz latina, es de suma elegancia y bella ornamentacion, el claustro no es ménos interesante, apesar de sus escombros, provenientes de un terrible incendio en 1809. Es curioso un enorme trozo de mosaico excelente que yace casi abandonado en el zaguan.
Entorné los ojos, deslumbrado por el incendio general del árbol de fuego, y a través de la mancha rojiza que percibían mis lastimadas pupilas, me pareció ver el rostro de Angelina pálida y llorosa. Diga usted, Gabriela... dije muy quedito.... ¡Me ha escrito! ¡Me ha escrito! Una carta muy tierna, ¡una carta muy sentida! ¿Quién? Ernesto. ¿Sí? ¿Le sorprende a usted? No... pero no lo esperaba.
Luego, cuando llegan los primeros calores del verano, la nieve se funde rápidamente en agua, para aumentar el caudal de las corrientes ocultas, y la hierba, que parece abrasada por un incendio, reaparece á la luz y adquiere nuevamente su color verde.
El tío Frasquito corrió primero a la puerta de entrada, a la de comunicación luego, y a la ventana por último, sin encontrar rastro alguno de incendio, con las narices abiertas, olfateando siempre y percibiendo, mientras más se movía de una parte a otra, el alarmante tufo más marcado.
¡Es mentira! gritó la mujer . No tiene mas que diez y ocho... Tampoco diez y ocho... menos aún: sólo tiene diez y siete. Se volvía á otras mujeres que iban detrás de ella, para invocar su testimonio; tristes hembras, igualmente sucias, con el rostro ennegrecido y las ropas desgarradas, oliendo á incendio, á miseria, á cadáver. Todas asentían, agregando sus gritos á los de la madre.
Todos volvieron la vista en la dirección indicada por el joven, y descubrieron a gran distancia una luz extraña que se destacaba en las tinieblas. No parecía que la produjera un incendio, como el joven había supuesto; pero tampoco era fácil adivinar su verdadera causa. Parecía como una niebla luminosa con reflejos dorados y plateados.
Salvatierra se exaltaba, elevando su voz en el silencio del crepúsculo. El sol se había ocultado, dejando sobre la ciudad una aureola de incendio. Por la parte de la sierra destacábase en un cielo de color de violeta la primera estrella anunciadora de la noche.
Entonces Quevedo aplicó la luz de una bujía á aquella especie de pira que casi tocaba al techo, y luego otra bujía y luego otra; una llama viva y brillante apareció á los pocos momentos, y un humo denso y blanco inundó la cámara. Era inevitable un incendio. La cámara debía convertirse en pocos minutos en una hoguera.
Casas humeando aún por el incendio, árboles rotos, zanjas, el suelo sembrado de municiones de guerra, cajas, correas de artillería, bayonetas torcidas, instrumentos musicales de cobre aplastados por los carros. En la cuneta de la carretera se veía a un muerto medio desnudo, sin botas, con el cuerpo cubierto por hojas de helechos; el barro le manchaba la cara.
Palabra del Dia
Otros Mirando