Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de mayo de 2025
El primitivo pueblo como todos los playeros de aquella provincia, fueron blanco en el siglo pasado y principios del presente, de las crueldades y correrías meras, en cuyas empresas vencedores unas veces ó vencidos otras, siempre dejaban á su paso huellas de sangre é incendio.
De la cubierta de los botes goteaba sobre el mar el ígneo azufre de las luces de bengala. Las ondulaciones atlánticas tomaban bajo este resplandor de incendio que rodeaba al buque el aspecto denso del metal en ebullición.
Tocaba la obra á su término, á las ocho de la noche, cuando súbitamente corrió la voz de que en el coliseo se había declarado un incendio, el cual empezó porque una bujía prendió fuego en una de las simuladas nubes de papel y tela.
Hoguera abrasadora del gran Mayo, Do se incendió terrible como el rayo El fuego de un pensar generador; Que el corazon templó cual hierro fuerte, Y dió existencia á la materia inerte, Como el soplo divino del Creador.
El palacio episcopal fué reedificado á mediados del siglo XV por el obispo D. Sancho de Rojas y Sandoval, y entonces subsistió el pasadizo, y por consiguiente el muro de donde arrancaba. D. Alonso de Aguilar lo incendió pocos años despues, y vuelto á reedificar por el obispo D. Pedro Solier, dejó el pasadizo intacto.
Sin embargo, la luz baja hasta el fondo de la torre: el techo está hundido: los entarimados han ardido en algún antiguo incendio, y se ven de trecho en trecho restos de vigas ennegrecidas. Todos esos residuos, piedra, madera y ceniza, se han convertido poco á poco en una especie de pasta que el agua del cielo, bajando allí como al fondo del pozo, conserva húmeda siempre.
Murieron muchos quemados en el agua, otros ahogados en la tierra, solo reservaron del incendio sus cuatro galeras, que estando cargadas de despojos, y reforzadas de gente, se enviaron á Galípoli. Pasaron por el canal de Constantinopla con mayor espanto de los enemigos que peligro suyo, porque no hubo quien se les opusiese.
El estado actual de Francia me horroriza: los periódicos avivan el voraz incendio, que existe no solamente en la opinión sino en los corazones. Hemos tenido aquí grandes luchas con motivo de las elecciones entre M. Rambuteau y M. Doria; Dios no puede gustar de estos hechos en que se calumnian los hombres mutuamente.
Nuestra fuerza está en nuestra debilidad. No sé quién ha dicho que debe emplearse más presteza para sofocar un resentimiento que para apagar un incendio. Y si el resentido es el marido, la presteza debe ser mayor. Una palabra dulce calma la ira.
En 1850 un incendio redujo á cenizas su techo que era de basag ó sean cañas partidas, originando esto el que se trasladara el culto á la actual iglesia que en aquella fecha estaba próxima á terminarse bajo la dirección del Padre Martín Martínez. En 1811 sufrió Libog como todos los demás pueblos del partido el más fuerte de los terremotos que recuerdan los anales de aquella provincia.
Palabra del Dia
Otros Mirando