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Actualizado: 27 de junio de 2025


Obdulia se arrodilló de nuevo llena de confusión, roja como una amapola. La figura corpulenta del obispo se agrandó desmesuradamente delante de sus ojos; su blanca cabeza coronada por el morado solideo resplandecía de majestad. Los cargos de la Iglesia católica no deben ser empleos codiciados: no se buscan, se aceptan con humildad y resignación.

4 Riquezas, y honra, y vida, [son] la remuneración de la humildad y del temor del SE

Desde el tiempo de los jesuitas tienen por costumbre, y observan todavía puntualísimamente, el que, en acabando de azotar a los delincuentes, se han de levantar del suelo, donde los hacen tender, y con mucha humildad van delante del que los mandó castigar, y le dan los agradecimientos de haberles corregido sus defectos.

El militar se arroja de mal humor en el cabriolé, entre un francés que le pregunta: ¿Tendremos ladrones? y un fraile corpulento, que con arreglo a su voto de humildad y de penitencia, va a viajar en estos carruajes tan incómodos.

Vestíos de humildad de ánimo, porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 6 Humillaos pues debajo de la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce cuando fuere tiempo, 7 echando toda vuestra solicitud en él; porque él tiene cuidado de vosotros. 8 Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

Cuenta el señor vicario, que una hija suya de confesión tiene grandes escrúpulos, porque se siente llevada con irresistible impulso hacia la vida solitaria y contemplativa, pero teme a veces que este fervor de devoción no venga acompañado de una verdadera humildad, sino que en parte le promueva y excite el mismo demonio del orgullo.

Fijábase en su color un tanto cobrizo; en el brillo de sus ojos abultados, de córneas húmedas y dulce humildad en las pupilas, ojos semejantes a los de los huanacos de las altiplanicies andinescas; en el negro intenso de sus pelos fuertes y duros, que los años no podían manchar de blanco.

El hombre de la capa, al ver mi sorpresa, sonrió con humildad, como si me pidiese perdón, y continuó: Me acuerdo que, cuando llegué a casa, mi madre me dio una paliza que me hubo de matar... no por qué... Decía que para que me acordase bien de aquel día... ¡Cómo sino me acordase bien sin necesidad de los palos!... Yo creo que estaba un poco guillá... La pobrecita no tardó dos meses tan siquiera en espichar... Desde entonces no he faltao nunca a estos espetáculos.

Te dije que no se leía ni se escribía. ¿Cuál será tu asombro y tu placer cuando te pruebe que tampoco se habla? ¿No puedes concebir que llegue a tanto la moderación de este inculto país? ¿Y por eso lo llaman inculto? ¡Hombres injustos! Llamáis a la prudencia miedo, a la moderación apocamiento, a la humildad ignorancia. A toda virtud habéis dado el nombre de vicio.

Como el primer fundamento de las acusaciones es la supuesta carencia de humildad cristiana que hay en los jesuítas, empezaré por hablar de la humildad y de la manera en que yo la entiendo.

Palabra del Dia

rigoleto

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