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Actualizado: 26 de junio de 2025


Algunas de ellas, que ya se consideraban en edad de matrimonio por haberles apuntado la barba, contestaban á estas miradas con guiños, que equivalían á frases amorosas, evitando el ser vistas por las ceñudas matronas sentadas á su lado. Este espectáculo frívolo, que un día antes habría sido despreciado por Flimnap, le emocionaba ahora con honda sensación de ternura.

Aquella noticia le había llegado a lo profundo del corazón, le ponía en la situación más difícil en que estuvo jamás hombre alguno. Los demás no dejaron de notar este silencio, y se hacían guiños y se dirigían sonrisas por detrás de su espalda. Pero Paco también estaba preocupado.

Se trataba del señorito de Ulloa, de su habilidad para tumbar perdices, y sin que Julián adivinase la causa, se pasó inmediatamente a hablar de Sabel, a quien todos habían visto por la mañana en el corro de baile; se encomió su palmito, y al mismo tiempo se dirigieron a Julián señas y guiños, como si la conversación se relacionase con él.

Algunas niñas hasta le habían preguntado si era amigo del rey y en qué época del año se daban los bailes de corte... Con los que no podían entenderles se expresaba en fuerza de cortesías y guiños, que provocaban risas comunicativas. Las artistas de opereta prorrumpían, al verlo, en carcajadas y frases incomprensibles. Aunque parezca inmodestia, debo declarar que aquí he caído de pie.

Nosotros iremos despacio hasta casa. Se alejaron las dos mujeres con vivo paso, hablando en voz baja. Leonora adivinaba la sonrisa de sus rostros invisibles. ¿Ha visto usted a esas? dijo señalándolas con su cerrada sombrilla. ¿No se ha fijado usted en sus sonrisas y guiños al verle en el camino?... ¡Ay, Rafael! Usted está ciego y resulta terrible.

La viuda, siempre sonriente, se asombraba de sus frases de doble sentido, de los guiños picarescos con que acompañaba sus palabras, y hasta le parecía ¡oh poder de la ilusión! que había en su persona un perfume extraño que comenzaba a crispar los nervios de doña Manuela, algo del ambiente de aquella mala piel de la calle del Puerto, que el protector se había traído sin duda a su hogar honrado.

El señor Rafael apoyaba con todas sus fuerzas estas proposiciones, aunque disimuladamente hacía guiños expresivos á su sobrino; pero éste sacudía la cabeza con desesperación, hallando cada vez más inevitable el socorro de la química. Mientras tanto seguía el bailoteo en aumento. Tomaban ya parte en él los que antes hacían más remilgos.

En cuanto aparecía por allí doña Mónica se ponía a hacer guiños a aquél con tan poco disimulo, acompañándolos de una tosecilla tan falsa y burlona, que la buena señora enrojecía de indignación, y tanto llegó a irritarse que, aun perdiendo las cinco pesetas cada día, pensó en arrojar a aquel insolente de su casa. Los pensamientos de Barragán eran más altos, como ya sabemos.

Los chicos se rieron del percance, hallando el castigo de Marroquín muy en su lugar. En cambio, el cura se puso cada vez más hosco, y comenzó a pasearse solo tosiendo y escupiendo a menudo y llevando la mano al bajo vientre. Cuando llegó la hora de la cena, no probó bocado; los alumnos se hacían guiños y contenían a duras penas la risa.

Nadie osaba, en su presencia, hacer burla de los cuellos ni de los guiños de Ramoncito. Eran poco más de las cuatro cuando entrambos salvajes salieron del club abrochándose los guantes. A la puerta estaba la charrette de Castro, que éste despidió dando hora al cochero para el paseo. Antes debía hacer una visita a ruego de Ramoncito.

Palabra del Dia

lanterna

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