Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de mayo de 2025
Las estrellas desde el cielo nos hacían guiños, como si nos invitasen a gozar apresuradamente de aquellos momentos felices, que no habían de volver. A lo lejos sólo se veían, como fuegos fatuos, los faroles de los serenos. Llegamos por fin a casa.
Nadie había visto al joyero en las butacas, ni en el vestuario, ni en ninguna parte. ¡Y sin embargo le he visto esta tarde con Mr. Jouy! dijo uno. Y ha regalado un collar á una de las actrices... ¿A cual de ellas? preguntan algunas curiosas. A la mejor de todas, ¡la que seguía con la vista su Excelencia! Miradas de inteligencia, guiños exclamaciones de duda, de afirmacion, frases entrecortadas.
Personas prudentísimas añadían entre guiños y palabras entrecortadas que la Eminencia Negra aconsejaba al General se valiese de los chinos para deprimir la tenaz dignidad de los naturales. Para tener sumiso á un pueblo, había dicho, no hay como humillarlo y rebajarlo á sus propios ojos. Pronto se había presentado una ocasion.
Los reconocía únicamente por su sombrero de fieltro con cuatro hoyos simétricos y terminado en punta. ¡Hermosos muchachos, sanos, fuertes y con aire de buenos! A algunos les encontraba cierto parecido con Alberto. ¡Vivan los Estados Unidos! Se entendía con estos soldados por medio de gestos y de guiños, más que por palabras. Pero esto importaba poco.... ¡Cuando hay simpatía y buena voluntad!...
Las estrellas desde el cielo nos hacían guiños, como si nos invitasen a gozar apresuradamente de aquellos momentos felices, que no habían de volver. A lo lejos sólo se veían, como fuegos fatuos, los faroles de los serenos. Llegamos por fin a casa.
Seguíalos el cura llevando de la mano á un niño, y cerraba la marcha el conde, que llevaba cogido familiarmente á Octavio por la espalda. La pomarada. Cuando el licenciado Velasco de la Cueva puso su planta ceremoniosa en los umbrales del palacio condal, los rayos de un sol fogoso de estío le obligaron á hacer guiños, con lo cual perdió no poca autoridad su rostro imponente.
Siguió haciendo guiños a la copa que tenía delante y, después de apurarla muy reposadamente y chasquear tres o cuatro veces la lengua, dijo: Despacio, despacio, Fray Diego; usted no sabe todavía lo que son los papas. ¡Viva el papa soberano de todos los reyes de la tierra! volvió a exclamar el cura, dando otro puñetazo más fuerte. Cuidado, Fray Diego, que los papas han sido siempre muy ambiciosos.
Dicho y hecho: se buscan cuerdas, se sierra una tabla; en menos de un cuarto de hora queda todo terminado. Rubio, mientras se lleva a cabo, no deja de hacer guiños expresivos a sus compañeros, que comprenden, sonríen, callan, profundamente admirados, como siempre, de la audacia y penetración del teniente de la tercera. Ya está amarrado el columpio. ¿Quién es la primera?
Las estrellas desde el cielo nos hacían guiños, como si nos invitasen á gozar apresuradamente de aquellos momentos felices, que no habían de volver. Á lo lejos sólo se veían, como fuegos fatuos, los faroles de los serenos. Llegamos por fin á casa.
Esta mujer le fascinaba de tal suerte que se mostraba confuso, ruborizado, sin saber qué decir ni hacer. Los compañeros, que lo sabían, mirábanle con disimulo y enviaban sonrisas y guiños a la joven, la cual adoptaba un continente protector, maternal, con él. Se reía como los demás de aquella extraña y furiosa pasión; pero en el fondo se sentía halagada por ella.
Palabra del Dia
Otros Mirando