Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de junio de 2025


Es indispensable apuntar que en su afán de llegar pronto á donde estaba Clara, se aturdieron, sin poder tomar la puerta, y al fin chocaron una con otra con gran confusión. Mujer, que me echas al suelo dijo una. Mujer, qué cosas tienes gruñó la otra.

Preguntaba por su hija con insistencia. Esta se levantó del lecho apresuradamente, y a todo el escape de sus caballos voló al palacio de Requena. Osorio la acompañaba. Al entrar en la habitación de la enferma tropezaron con el duque, que les miró con semblante hosco. ¡Llegáis a tiempo! ¡llegáis a tiempo! gruñó sordamente. Y se alejó sin decir más.

Ocho días de célula y pan seco... ¿Y ahora quién va á limpiar esta porquería? No seré yo, por cierto. Sargento, detenga usted ahí á estos animales hasta que todo esté limpio. Si no pueden quitarlo con las manos que lo arranquen con la lengua... En este momento vió á Tragomer y á su marinero que iban á salir. Ahora los ingleses, gruñó; bueno, pasen ustedes, no tenemos tiempo para hablar...

Anda con Dios; te compadezco: eres malo, y el que es malo, consigo lleva el castigo. Las viejas no sirven más que para sermonear gruñó Momo, echando a su abuela una impaciente y torcida mirada. Pero apenas había pronunciado la última palabra, cuando su madre, que lo había oído, se arrojó a él y le descargó una bofetada.

¿Cómo es eso, niña? gruñó alarmada la monja . ¡Que quiere usted salir! ¡Qué pensará su futuro Esposo Jesucristo si llega a sus oídos lo que usted ha dicho! Y tiene que saberlo forzosamente, porque

Bésele usted la mano... Digo no... No se la des, Clara, no la merece. El perro que estaba echado a los pies de la joven al verse molestado gruñó. ¡Muérdele, Fidel...! ¡Muerde a ese antipático, muerde a ese soso...! ¡a ese! ¡a ese! El animal, así azuzado, comenzó a gruñir de un modo amenazador y estaba a punto de arrojarse sobre el soso. Clara levantó la cabeza riendo al través de sus lágrimas.

Al decir esto se desnudaba para acostarse. «Yo también soy pobre afirmó Isidora ; pero con el tiempo, tal vez dentro de poco, y yo estaremos bien y tendremos todo lo necesario y aún más. La señorita gasta y come bien, y tiene a su hermanito muerto de hambre gruñó él, acostado ya. No seas tonto. Cállate y duerme. Si mañana no me das dinero, salgo a la calle y pido limosna. Ya yo cómo se pide.

Así permaneció largo rato, oyendo los alaridos que de vez en cuando lanzaba la mujer del Tuerto en el buhardillón contiguo. Luego notó que le llamaban, y gruñó al conocer la voz; pero, aunque de muy mala gana, alzóse del banquillo y salió al balcón.

No lo tengo; ¡cómo he de hacer, si no lo tengo! pronunció Lucía acongojada, preñándosele de lágrimas los ojos. Tendrá usted que tomarlo en la primera estación, y pagar multa. Y el empleado gruñó más fuerte.

¡Hum, hum! gruñó el escribano, cogido en el garlito. ¡Eh!... ¿qué tal?

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando