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Actualizado: 26 de julio de 2025


¿A quién se lo has oído? preguntó el caballero afectando calma, pero con el rostro contraído. ¡Calla, zángano, calla! ¡Si eres más cerrado que un cerrojo! ¿No te da vergüenza, grandísimo zote? Todos le recriminan duramente. Reynoso un poco dulcificado le dijo: Ni a ti ni a nadie puedo consentir que pronuncie una palabra que redunde en desprestigio de la señora.

Sacamos de la barca los bastimentos que tenía, tirámosla en tierra, y subímonos un grandísimo trecho en la montaña, porque aún allí estábamos, y aún no podíamos asegurar el pecho, ni acabábamos de creer que era tierra de cristianos la que ya nos sostenía. Amaneció más tarde, a mi parecer, de lo que quisiéramos.

Y hoy su madrastra doña Juana la cela, la muele, la domina y se empeña en que ha de casarla con su hermano D. Ambrosio, que es un grandísimo perdido y a quien le conviene este casamiento, porque Isabelita está heredada de su madre, y, para lo que suele haber en pueblos como éste, es muy buen partido.

Era un pico lo que oímos respondió Meñique, y siguió andando sin decir más palabra. Más adelante encontraron un arroyo, y se detuvieron a beber, porque era mucho el calor. Yo quisiera saber dijo Meñique de dónde sale tanta agua en un valle tan llano como éste. ¡Grandísimo pretencioso dijo Pablo; que en todo quiere meter la nariz! ¿No sabes que los manantiales salen de la tierra?

Pero fué de grandisimo daño á Enrique Schertzen, el cual pensó era farol, y dirigió su náo derecho al fuego, y dió con gran ímpetu en los peñascos que estaban debajo del agua: de suerte que se hizo mil pedazos, y se hundió con toda la gente y mercaderias, muriendo en un cuarto de hora 22 personas, quedando solo vivo el capitan y el piloto, que salieron asidos al árbol mayor: hundiéndose tambien seis cestas de oro y plata que se habian de entregar al Emperador, y mucha mercaderia; causando este naufragio estrema pobreza á muchos.

Con esto siempre con el cabo alto del tiento me atentaba el colodrillo, el cual siempre traía lleno de tolondrones y pelado de sus manos; y aunque yo juraba no lo hacer con malicia, sino por no hallar mejor camino, no me aprovechaba ni me creía más: tal era el sentido y el grandísimo entendimiento del traidor.

En esto estaban cuando entró don Antonio, diciendo con muestras de grandísimo contento: ¡Albricias, señor don Quijote, que don Gregorio y el renegado que fue por él está en la playa! ¿Qué digo en la playa? Ya está en casa del visorrey, y será aquí al momento.

Grandísimo mi deseo de complacer á mi amigo D. Miguel Moya, escribiendo algo sobre la Nochebuena y la guerra de Cuba para un número extraordinario de El Liberal; pero mientras más cavilo, menos cosas se me ocurren.

¿Pero hoy no es día de fiesta?... ¡Ah, grandísimo zumbón! Ya adivino lo que quiere decirme con su sonrisa. , día de fiesta es, según nuestra Madre la Iglesia, y deben guardarla los que son ricos. Pero mire usted, cómo los pobres trabajan en todas las canteras. Yo no voy á privar de un jornal á mis peones, después de tantos días de lluvia, en los que no han podido hacer nada.

Palabra del Dia

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