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Actualizado: 22 de noviembre de 2025


Estas retenciones de bilis le producían a don Agustín algunos disturbios en el estómago; estuvo tentado algunas veces a dejar la casa, pero le dolía en el alma abandonar un gabinete muy gentil al mediodía, que él había amueblado con particular esmero.

Como si lo dijera la Biblia, ya lo . Ea, una visita al mayordomo, que me parece buen hombre, á ver si nos da alguna cerveza con que brindar por el barón. Dirigiéronse los cuatro hacia las cocinas del castillo, pero al salir del patio vieron á un gentil pajecillo que se dirigió á Roger diciéndole: El señor de Morel os espera arriba, en la saleta contigua á su cámara. ¿Y mis compañeros?

Venceráse sin duda esta jornada Con tal socorro: y en el mismo instante, Cosa que parecia imaginada, Otro favor no menos importante Para el caso temido se nos muestra, De ingenio, y fuerzas, y valor bastante. Una tropa gentil por la siniestra Parte del monte se descubrió: ó cielos, Que dais de vuestra providencia muestra!

Y así, con gentil continente y denuedo, se afirmó bien en los estribos, apretó la lanza, llegó la adarga al pecho, y, puesto en la mitad del camino, estuvo esperando que aquellos caballeros andantes llegasen, que ya él por tales los tenía y juzgaba; y, cuando llegaron a trecho que se pudieron ver y oír, levantó don Quijote la voz, y con ademán arrogante dijo: -Todo el mundo se tenga, si todo el mundo no confiesa que no hay en el mundo todo doncella más hermosa que la emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso.

Porque realmente amaba profundamente a aquel hombre a pesar de su humor sombrío y fantástico, o tal vez por esto mismo. La armonía de los contrarios no pudo jamás mostrarse de un modo más cabal que en aquella gentil pareja.

La picante andaluza, la valenciana de mirada de fuego y frente enhiesta, la locuaz y casi rubia bilbaína, la gentil madrileña medio afrancesada; todas seducen y forman un conjunto admirable de fisonomías generalmente simpáticas reuniendo la gracia expresiva á la hermosura. Todas sonrien, saludan, hablan con llaneza delicada y prohiben al extranjero la eleccion.

El restaurante del Loro tenía un magnífico y odioso loro disecado pendiente del techo presentaba «las mismas condiciones de economía y pulcritud». Allí oímos cantar por primera vez a una gentil cantatriz que después conquistó puestos honrosos en el Arte. Cantó la «Siciliana» de Cavalleria rusticana; todos los poetas nos enamoramos repentinamente de ella y la dedicamos apasionados sonetos.

Como quiera que ello fuese, D. Raimundo se daba en Madrid tono de muy hidalgo, y su gentil presencia, su elegancia en el vestir y el dinero que solía gastar con rumbo, prestaban a su hidalguía no corto crédito.

Pero su alegría inagotable chispeaba en sus ojos de tan gentil manera, sonaba en la garganta con notas tan puras, tan frescas y argentinas, que como un contagio adorable se esparcía en torno suyo. Era la única riqueza que poseía.

Como en el mismo instante sintiera pasos, cargó en sus brazos á la gentil dama, echando á correr con ella fuera de la casa. Bajó la escalera, atravesó el patio, salió á la calle con tanta velocidad. Su carrera era como la del pájaro que, al robar su grano, oye el tiro del cazador, y sintiéndose ileso, quiere poner entre su persona y la escopeta toda la distancia posible.

Palabra del Dia

vengado

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