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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Pero también la influencia se gasta y agota, y llegó un período en que, mermada la de Aurelio, no alcanzó a mantenerle en el único punto para él grato, en Madrid, y hubo de irse a vegetar a León, entre el Gobierno civil y la Catedral, edificios que ni uno ni otro le divertían.

En cuanto las damas cambiaron algunas palabras, el banquero se acercó a ellas con Bonifacio y empezó a embromar con acento cariñoso a su esposa sobre el traje. ¡Vaya un talle que me gasta mi mujer!... Chica, aunque no quieras oirlo te diré que te vas ajamonando a pasos de gigante.

Las dotes son de dos maneras: la una se llama bigay-suso, que es lo que se da á la madre por haber dado los pechos á la hija; la otra se llama bigay-caya, que se destina para que los novios se mantengan después de casados, aunque á veces se gasta casi todo en la boda.

Para que nadie se entere, porque no quiero disgustar ni ofender a nadie, debe ser la cita, y debo ir yo a ella, después de anochecido. ¿Y quién es la persona que ha de citar a vuecencia y que gasta tanto melindre? se atrevió a preguntar Longino. Pues la persona contestó don Andrés bajando más la voz es Juanita la Larga.

Gasta con arreglo á lo que eres.» Y el hijo seguía fielmente sus consejos, sin pedirle nada á ella, entendiéndose directamente con los administradores rusos. Según los cálculos de don Marcos, el teniente de la Guardia gastaba unos tres millones por año. Su cuadra de caballos de carrera era la más célebre de la capital.

Y su zozobra era tal, que por poco se echa de la cama, cuando Juan se apartó de ella para ir hacia la suya... «¿Pero qué? pensó , ¿se arrepiente este tuno de lo que ha dicho?... ¿Es que no quiere contarme nada?...». «Abur, hombre» dijo en alta voz con despecho. Si vuelvo, si voy allá en seguida... Mi mujer gasta un genio muy vivo.

Pues nada. ¿Qué ha de decir la pobre? El pillo de Luquitas no parece por allí hace dos días. Asegura la niña que tiene dinero, que cobró de un embalsamado, y se lo gasta con unas pendangas de la calle del Bonetillo. ¡Jesús me valga! Y su padre, ¿qué hace? Reprenderle, castigarle, si le coge a mano. Lo que es a ese no le enderezan ya.

»Este Retiro es bonito; sólo que..., de aquellas cosas que pasan, habiendo tantos que tienen frío, el pueblo debía venir aquí a cortar leña... Entro por este paseo de los muñecos de piedra con las manos y las narices rotas. ¡Qué feos son!... Hola, hola, ¿niñitos con guantes? ¡Y cuántos perifollos gasta esta familia!

Y como no gasta nada en comer, porque tiene dos o tres casas de donde le traen todos los días los cazolones de cocido, que es la gloria de Dios... ¡a ver! Ayer dijo Demetria quitándole la teta a la niña , bien lo vide. Le trajeron... ¿Qué? Pues un arroz con almejas, que lo menos había para siete personas. ¡A ver!... ¿Estás segura de que era con almejas? ¿Y qué, golía bien?

Como te veo pálida estos días... Bien puedes creerlo, Santos, yo tengo mucha mejor idea de tu esplendidez que la mayoría del pueblo... No conocéis bien a D. Santos, les digo muchas veces a los que sostienen que a te duele gastar el dinero. Si D. Santos no gasta, no obsequia a sus amigos, no es por avaricia, sino por indolencia, porque no se le presenta ocasión.

Palabra del Dia

ciencuenta

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